Nos merece la mayor consideración la religión católica que es la que profesa la gran mayoría de los peruanos y, en consecuencia, muy respetable la consagración al Corazón de Jesús de sus hogares que cada ciudadano quiera hacer. Pero no nos parece adecuada la consagración oficial de todo el país. No existe ningún precepto constitucional ni tampoco ninguna ley que ordene el culto al Corazón de Jesús. Por esta razón las personas católicas serían las únicas obligadas por su credo a dicho culto. Los no creyentes estarían al margen de esta obligación.
H.L.M.