Su caminar es pausado. Su rostro, serio, enjuto. Pero Gerardo Ochoa Morales siempre suelta una sonrisa luego de cada frase. Siempre se guarda los mejor para el final, como cuando acaba una obra de hojalata.
Nacido en Huanta, Ayacucho, hace 87 años, Gerardo aún sigue haciendo en su tierra maravillas con la hojalata: cruces, coronas, candelabros, nacimientos. Él mismo califica a su actividad como “arte” porque –manifiesta a El Comercio– todo se hace con las manos. Lo cierto es que alma de artista sí la tiene: le abre de par en par las puertas de su taller a la inspiración. Esta lo guía y transforma las delgadas planchas de acero recubiertas con estaño en finos adornos capaces de provocar celos en artículos de plata.
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Gerardo Ochoa y uno de sus mejores trabajos en hojalata, en Huanta. (Foto: Ministerio de Cultura).
El 19 de este mes, en el Museo Nacional de la Cultura Peruana, en Lima, Gerardo recibió de parte de la ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón, la medalla que lo distingue como Personalidad Meritoria de la Cultura por su contribución a la difusión de la tradición de la hojalatería en Ayacucho.
Gerardo sintió aquella premiación como su momento cumbre. Verse a sí mismo, un sencillo adulto mayor en medio de aplausos, siendo reconocido por el Estado, lejos de despertar deseos de retribuciones económicas en mérito a su trayectoria, avivó en él la facilidad de hablar de sus recuerdos.
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Diana Álvarez Calderón, ministra de Cultura, galardonó la semana pasada en Lima a Gerardo Ochoa. (Foto: Ministerio de Cultura).
Y se ve, de pronto, a los 12 años, haciendo una pequeña corona para una imagen de la Virgen María, su primer trabajo de hojalatería. “Mi mamá puso a mi hermano Amador a aprender hojalatería con el maestro José Galdo, y yo aprendí viendo cómo trabajaba mi hermano”, recuerda.
A los 20 años instaló su taller. Se hizo conocido en Huanta porque hacía cruces y adornos para la iglesia principal. Pero rápidamente intuyó que fabricar artículos de hojalata utilitarios podía ser el sostén de su futuro y el de su familia.
Sin dejar de lado trabajos de corte religioso y costumbrista, Gerardo se pasó décadas haciendo mecheros y embudos. No fue sino hasta el 2002, cuando los objetos de plástico le robaron clientela y oyó una convocatoria radial para el premio nacional de artesanía Inti Raymi, que decidió dedicarse íntegramente a producir vistosos adornos.
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Las cruces, las coronas y los nacimientos en hojalata son la especialidad del huantino Gerardo Ochoa Morales. (Foto:
“Estoy orgulloso de mi obra. Prácticamente soy el único que trabaja hojalata en Huanta. No me imitan porque es difícil manejar la tijera para cortar las figuras”, reflexiona Gerardo, con seis hijos y tres nietos, y viudo desde hace 14 años.
“De niños, a mis hijos les hacía carritos y baldecitos de hojalata para que jueguen”, recuerda. Solo uno de sus hijos, Jorge Ochoa Rojas, aprendió sus secretos de hojalata. Además, Gerardo enseña su arte a jóvenes en charlas organizadas por la Beneficencia de Huanta.
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Gerardo Ochoa y una de sus famosas cruces de hojalata, en su casa, en Huanta, Ayacucho. (Foto: Jorge Ochoa)
Fanático del cuy en diversos platos y de la música de Manuelcha Prado y Raúl García Zárate, el hombre de hojalata sigue su labor pese a que el alcance de su vista disminuye progresivamente. “Ahora también trabajo con calamina, de fierro galvanizado, que no se oxida. A la hojalata hay que pintarla periódicamente para contrarrestar el óxido”, advierte.
Al verlo, lúcido y hábil, sus vecinos de Huanta dicen que hay hojalata para rato.
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El artista Gerardo Ochoa Morales y su trabajo “Nacimiento” (2007), que trajo a Lima la semana pasada para que sea exhibido durante su premiación por parte del Ministerio de Cultura. (Foto: Paul Vallejos / El Comercio)
MÁS DATOS
TODO UN GANADOR
En el 2011, Gerardo Ochoa ganó el Concurso Nacional de Máscaras Típicas del Carnaval, de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo de Ayacucho. En el 2013, fue distinguido por el Gobierno Regional de Ayacucho.
ES TRADICIÓN
“Gerardo encarna la tradición de hojalatería ayacuchana”, dice Soledad Mujica, directora de Patrimonio Inmaterial, del sector Cultura.
PASO A PASO
Para una obra, Gerardo primero dibuja el diseño a tamaño natural, luego traza las piezas en la plancha de hojalata, las corta, repuja y suelda. Al final las pinta. Por cada uno de sus trabajos artísticos cobra al menos S/.120.