Día Internacional de la Mujer: Datos y testimonios que se deben considerar sobre la lucha de las mujeres en el Perú. (Pexels)
Día Internacional de la Mujer: Datos y testimonios que se deben considerar sobre la lucha de las mujeres en el Perú. (Pexels)
Redacción EC

El es una fecha importante en la que millones de mujeres en el planeta se concentran para visibilizar, según varias demandan, las brechas, dificultades y retos que enfrentan por el hecho de tan solo ser mujer. Latinoamérica es una región en donde este es un tema sensible debido a la alta tasa de feminicidios que se registra cada año. Perú no está excluido de estas cifras siendo también uno de los países donde más se exige igualdad.

Es por ello que en esta nota se brindarán algunos datos que se deben tener en cuenta sobre el Día Internacional de la Mujer. Además de ello, conoceremos un par de testimonios relacionados a lo que justamente ellas reclaman.

DATOS EN PERÚ A TENER EN CUENTA SOBRE EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Sin lugar a dudas, uno de los datos que saltan rápidamente sobre el reclamo de las mujeres y las desigualdades es que, en el 2022, Perú se situó en el puesto 37 del Índice Global de la Brecha de Género. El mismo estudio señala que el país tiene una brecha de género del 74.9%.

Según información proporcionada por Equilibrium CenDe, en base a los estudios que ellos mismos desarrollan, en el Perú, “entre enero y octubre de 2021, los Centros de Emergencia (CEM), centros públicos especializados y gratuitos dedicados a atender a víctimas de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar atendieron un total de 1.811 casos de mujeres extranjeras, representando cerca del 20% del total de casos atendidos a nivel nacional”, un panorama que muestra que la violencia de género no está exenta para las mujeres extranjeras que llegan a nuestro país.

Los mismos estudios revelan que en el país, “el aborto clandestino es la segunda causa de muerte materna, ya que en el Perú se calcula cerca de 375.000 abortos clandestinos cada año”, a la clara falta de legislación sobre este tema que es controversial.

Por otro lado, “en el periodo de reactivación económica se apreció que las mujeres jóvenes perciben 26% menos que los hombres en esta misma situación ocupacional, en parte debido a la segregación sectorial por género en actividades económicas muy susceptibles durante la crisis económica del país”.

Finalmente, si mezclamos algunos componentes como la pandemia de COVID-19, la salud mental y los problemas que rodean a la mujer peruana, el estudio de Equilibrium CenDe señala que en “el periodo de la pandemia, las juventudes presentaron un mayor nivel de malestar en su salud mental. En particular las mujeres, un 40% de las mujeres jóvenes sentían que su bienestar emocional había empeorado”.

Estos datos para Grecia Pillaca Burga, coordinadora de proyectos de Movilidad Humana de Equilibrium CenDE, son una cifra preocupante, pero al mismo tiempo son una oportunidad para generar panoramas perfectos relacionados a la igualdad de género.

“El panorama perfecto para todas las mujeres sin importar su edad, nacionalidad, raza, etnia, etc.; debería ser un espacio en donde se cumplan con todas las obligaciones internacionales de derechos humanos como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, sin leyes discriminatorias y que por el contrario se fomenten la implementación de normas que garanticen los derechos económicos y sociales de todas las mujeres, particularmente aquellos que garanticen acceso a servicios básicos como servicios de salud sexual y reproductiva, seguridad básica de ingresos y los beneficios de maternidad, discapacidad y cuidado infantil, derechos laborales, servicios planificación familiar, atención de salud materna y prenatal”, declara Grecia Pillaca para El Comercio.

“Es necesario impulsar los servicios que permiten a las mujeres incorporarse o permanecer en la fuerza de trabajo remunerada, como los de cuidado del niño, adoptar políticas progresivas encaminadas reducir la brecha salarial y pobreza entre mujeres, una política importante para este fin es mejorar el acceso y calidad educativa de niñas y mujeres jóvenes marginadas”, agrega la especialista de Equilibrium CenDe.

Grecia Pillaca Burga, coordinadora de proyectos de Movilidad Humana de Equilibrium CenDE. (Víctor Gonzales / El Comercio)
Grecia Pillaca Burga, coordinadora de proyectos de Movilidad Humana de Equilibrium CenDE. (Víctor Gonzales / El Comercio)

TESTIMONIOS QUE DUELEN EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Stephani Paliza, además de ser Coordinadora General en Fundación Multitudes, también ha sido víctima indirecta de la violencia y las desigualdades de género que se mantienen en el país. Su caso es uno que día a día podrían estar viviendo miles de mujeres en este momento.

“Lo experimenté a través de la violencia, en particular por el acoso callejero. Desde que comencé a caminar sola por la calle lamentablemente me he cruzado con personas que sienten tener el derecho de quebrar mi espacio y seguridad personal, hacerme sentir vulnerable”, cuenta Paliza.

“La primera vez que lo experimenté tenía 14 años y a la salida de una clase de baile un señor mucho mayor que yo comenzó a seguirme, me preguntó dónde vivía, y se ofreció a llevarme a mi casa. Por supuesto que yo le di información falsa y tomé otro bus para despistarlo. A esa edad no comprendí mucho lo que había pasado. No le conté a nadie. Hoy entiendo que de no haber reaccionado como lo hice no sé lo que hubiera pasado”, revela Stephani Paliza.

Stephani Paliza, además de ser Coordinadora General en Fundación Multitudes, también ha sido víctima indirecta de la violencia y las desigualdades de género. (Cortesía)
Stephani Paliza, además de ser Coordinadora General en Fundación Multitudes, también ha sido víctima indirecta de la violencia y las desigualdades de género. (Cortesía)

Del mismo modo, Andrea, una joven practicante que prefiere mantener el anonimato para no tener represalias en su antiguo trabajo cuenta su primer lamentable acercamiento con la desigualdad de género.

“Fuimos dos practicantes quienes entramos a esta empresa de marketing, un chico que recién había acabado la universidad y yo. Ambos teníamos las mismas características profesionales; sin embargo, después de un tiempo me enteré que a este le habían dado ciertos beneficios que a mí no, como flexibilidad en los horarios y algún dinero extra por el mismo trabajo que yo desarrollaba. Recuerdo quedarme más horas que él y siempre se me pagaba lo mismo”, cuenta Andrea.

“En un principio tienes miedo de denunciar estos casos, pero mientras más voces se unan es mejor. Hay desigualdades y se tienen que visibilizar. Hoy tengo miedo de contar dónde me pasó esto, pero no es normal, no debería sentirme así. No normalicemos quedarnos calladas”, aconseja.

Andrea cuenta que un joven que entró con su mismo perfil profesional tenía más privilegios. (Foto: Istock)
Andrea cuenta que un joven que entró con su mismo perfil profesional tenía más privilegios. (Foto: Istock)

El Día Internacional de la Mujer, anteriormente denominado “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, conmemora en cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre.

Debido a su origen y a los hechos trágicos que conmemora, el Día Internacional de la Mujer se utiliza para visualizar la desigualdad de género y para reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de derechos para las mujeres en varios ámbitos. Se suele celebrar en casi todas las partes del mundo (ejemplo de ello es Italia y su «Festa della Donna»), y es día feriado en algunos países.

Algunas corrientes feministas argumentan que el Día Internacional de la Mujer no es un día que deba celebrarse o ser festivo debido al origen del mismo, sino que debe servir para la reivindicación de derechos.

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