Este 1 de mayo, la ciudad de Arequipa se viste de fervor para celebrar la Festividad de la , una de sus más arraigadas tradiciones religiosas, la cual incluso ha sido reconocida por el Estado peruano como Patrimonio Cultural de la Nación desde el año 2012. Miles de fieles creyentes se congregan en un emotivo acto de fe, peregrinando hacia su santuario para rendir homenaje a su venerada patrona.

En este día especial, los devotos elevan sus plegarias con devoción. En este sentido, a continuación, te presentamos una oración que miles de sus creyentes deberían recitar en esta fecha.

¿CUÁL ES LA ORACIÓN HACIA LA VIRGEN DE CHAPI QUE SUS FIELES CREYENTES DEBERÍAN SABER?

En un profundo acto de fe y consagración, emerge una sentida oración dirigida a la venerada Virgen de Chapi. Este texto, cargado de emotividad y entrega personal, refleja la profunda conexión espiritual y la total confianza depositada en la Madre María. Esta plegaria se erige como un testimonio de devoción, invitando a la reflexión sobre la entrega y la búsqueda de una vida virtuosa. A continuación, descubre cuál es la oración en cuestión.

Foto: GEC.
Foto: GEC.

Virgen María, Madre mía,

me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia

acepta mi pasado con todo lo que fue

acepta mi presente con todo lo que es

acepta mi futuro con todo lo que será

con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy,

todo lo que he recibido de Dios

Te confío mi inteligencia, mi voluntad, mi corazón

deposito en tus manos mi libertad; mis ansias y mis temores;

mis esperanzas y mis deseos; mis tristezas y mis alegrías.

Custodia mi vida y todos mis actos

para que le sea más fiel al Señor y con tu ayuda alcance la salvación

Te confío ¡Oh María!

mi cuerpo y mis sentidos para que se conserven puros

y me ayuden en el ejercicio de las virtudes

te confío mi alma para que Tú la preserves del mal

hazme partícipe de una santidad igual a la tuya:

hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.

te confío mi entusiasmo y el ardor de mi juventud,

para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe.

te confío mi capacidad y deseos de amar.

enséñame y ayúdame a amar como tú has amado y como Jesús quiere que se ame.

Te confío mis incertidumbres y angustias,

para que en tu corazón yo encuentre seguridad, sostén y luz, en cada instante de mi vida. Con esta consagración me comprometo a imitar tu vida.

Acepto las renuncias y sacrificios que esta elección me comporta,

y te prometo, con la gracia de Dios y con tu ayuda, ser fiel al compromiso asumido.

Oh María, soberana de mi vida y de mi conducta,

dispón de mí y de todo lo que me pertenece,

para que camine siempre junto al Señor bajo tu mirada de Madre.

¡Oh María!

Soy todo tuyo y todo lo que poseo te pertenece ahora y siempre.

Amén