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Tus mascotas son parte importante de la familia y tu casa no sería lo mismo sin ellas. Pero, así como llenan el hogar con su alegría, también lo hacen con suciedad que hay que aprender a limpiar para que no deje huellas ni den un mal aspecto.
Desde pelos hasta manchas de barro por toda la alfombra de tu sala, siempre hay una manera de tener una casa limpia a prueba de mascotas. Aquí te damos algunos consejos que pueden serte útiles:
- Coloca una toalla en sus espacios habituales
Tú conoces donde suele echarse tu perro o si está acostumbrado a subir al sofá. Cada vez que lo haga, coloca una toalla o alguna tela en la superficie para que los pelos se peguen a ella y no a tus muebles. Luego sacúdela fuera de la casa.
(Foto: Shutterstock)
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- Ten siempre un rollo para pelusas
Es el mejor amigo de un dueño de mascotas. Estos rollos pegan los pelos a su superficie, retirándolos ya sea de la ropa o de los muebles. Son una solución rápida para situaciones de emergencia.
Aspira más seguido
Barrer o sacudir no es efectivo si tu mascota bota mucho pelo. Lo mejor es aspirar una o dos veces a la semana para eliminarlo tanto del piso como de alfombras y muebles. En pisos de parquet o madera, un trapo húmedo te ayudará a atrapar los pelos.
(Foto: Shutterstock)
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- Nunca dejes una mancha sin atender
Si tu perro tuvo un accidente en casa y se orinó, no dejes pasar tiempo antes de limpiarlo. Retirarla inmediatamente evitará que deje alguna mancha permanente en la alfombra o en el piso. Luego limpia con vinagre o bicarbonato para eliminar el olor; evita productos químicos que pueden dañar a tu macota.
- Elige muebles de fácil limpieza
Si estás pensando en cambiar los muebles de tu casa y tienes una mascota, escoge aquellos de un material donde los pelos no se peguen y no puedan ser destruidos con facilidad. El cuero sintético, la microfibra con una buena opción.
(Foto: Shutterstock)
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- Asegúrate que tu mantenga tenga hábitos de limpieza
La mejor manera de reducir los problemas de limpieza en casa es que tu mascota tenga buenos hábitos. Báñalo cada vez que sea necesario, cepíllalo una vez al día en un espacio abierto para evitar la acumulación de pelo y sácalo a pasear para que haga sus necesidades y gaste su energía en el parque y no en la casa.
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