De acuerdo con un estudio del Centrum PUCP, las peruanas dedican el 38% de su tiempo a realizar actividades productivas no remuneradas, mientras que los varones solo le dedican un 24% de su tiempo. Frente a ello, en el Día de la Igualdad Salarial, es pertinente reflexionar ¿qué tanto hemos avanzado en ese camino? ¿Hemos logrado mejoras?
Según el ‘Global Gender Gap Report’, América Latina y el Caribe, se necesitarán 67 años para cerrar la brecha de género al ritmo del progreso actual, el cual se ralentizó por la pandemia. En el caso de Perú, de acuerdo con el informe ‘Brechas de género, 2022′ del INEI, al año 2021 las mujeres ganaban en promedio 27.4 % menos que los hombres. Por otro lado, en relación con los puestos que las mujeres ocupan, el II Estudio de Mujeres en Directorio de las Empresas del Mercado de Valores, elaborado por Centrum PUCP, Women CEO y PwC, destaca que las mujeres ocupan solo el 12,8% de los puestos directivos de las empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima. Todo esto evidencia que, pese a los esfuerzos, aún es necesario seguir trabajando en el camino a la igualdad.
Es frente a ello que, desde el Estado Peruano, en el 2017 entró en vigor la Ley N° 30709 que establece los lineamientos para eliminar la discriminación remunerativa entre varones y mujeres. Esta permite establecer multas que pueden llegar hasta los S/ 260.000 para las empresas que no implementen una adecuada política de igualdad salarial, valorizando los puestos de trabajo, calculando las brechas e implementando medidas para reducirlas. Todo ello, junto con la creación de un comité que promueva la igualdad salarial dentro de las empresas.
Por el lado del sector privado, el trabajo sigue siendo más que necesario. Si el Estado ya está trabajando por normativas que regulen e impulsen la equidad a todo nivel, es necesario que desde el sector privado sigamos promoviendo iniciativas y políticas cuyo propósito sea promover que tanto hombres como mujeres logren sus metas sin ningún tipo de restricción ni sesgo, junto con salarios acordes a los puestos. Para ello es fundamental impulsar desde las empresas la construcción de una sólida cultura de diversidad, equidad e inclusión con políticas claras que permitan el desarrollo de hombres y mujeres.
Fomentar la participación de mujeres en puestos directivos es otro aspecto clave, así como la capacitación constante. Para ello se pueden realizar acciones periódicas de sensibilización y desarrollo para los colaboradores, escuchando y valorando todas las voces de la organización.
Aprovechemos esta fecha como una oportunidad para revertir esta realidad. Comprometerse con la igualdad salarial es hacerlo también con el trabajo justo, lo cual fomenta el bienestar de las familias, aumenta la competitividad de las empresas y contribuye con el desarrollo del país.