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Waldo Mendoza

El su opinión sobre las proyecciones del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2018-2021 publicado hace unos días por el MEF y que le da sustento al proyecto de presupuesto para el próximo año. El presidente de este colegiado, , detalla a El Comercio las preocupaciones de la entidad.

— ¿El Consejo Fiscal indicó haber observado un sinceramiento de las proyecciones en el MMM 2018- 2021 frente al publicado en abril?
Este marco no se parece mucho al anterior. Parecieran dos gobiernos distintos. La tasa de crecimiento de largo plazo ha sido reducida del 5% imposible que postulaba el marco anterior, a un 4%. Al Consejo Fiscal esta nueva cifra le parece más realista. Además, en este marco se han desterrado expresiones que marcaban el anterior documento, como las reformas estructurales, el destrabe y las políticas contra la informalidad. No está la palabra “destrabe” en todo el MMM. Por eso digo que parece de un nuevo gobierno.

— ¿El que dichos temas se hayan omitido no le preocupa?
Para que las proyecciones del MMM sean una guía orientadora para el sector privado, tienen que tener algún sentido de realismo y claramente el marco anterior tenía un sentido de irrealismo impresionante. El otro gran tema es que este marco está bien ordenado respecto a las perspectivas del 2017, 2018 y 2019. Aun cuando uno puede discrepar del contenido, es una historia bien contada. Pero, para más adelante, la historia es más confusa.

— ¿Por qué le parecen confusas las proyecciones posteriores al 2019?
Porque dicen que el impulso fiscal no puede ser eterno, pero reaparecerían estas grandes obras de infraestructura que están interrumpidas o paralizadas, que aun cuando sean asociaciones público-privadas, no son autosostenibles. Sin decirlo, el MMM muestra que el motor del crecimiento económico para el 2018 y los tres años siguientes es el fisco. Entonces, cabe la pregunta si la política fiscal puede impulsar el crecimiento de largo plazo de una economía.

— ¿Y la minería no cabe como motor de crecimiento?
La minería es un motorcito pequeño, porque no tendrá punto de comparación con el ‘boom’ del 2011. Entonces, según el MMM, el destino económico de este país es ese crecimiento de 4% en promedio, que está explicado por el gasto público. Este, a su vez, se sostiene por la recaudación, y esta última por el crecimiento y la política tributaria. Es aquí donde aparecen los problemas, no para este año ni para el próximo, sino ya en perspectiva.

— ¿Cuál es el punto?
El Consejo Fiscal observa que la trayectoria del gasto público difícilmente se puede quebrar hacia la baja, porque la mayoría es gasto corriente. El gasto público se ha estabilizado en cerca del 20% del PBI, con lo cual, es difícil esperar que pueda tener una reducción significativa. Por su parte, los ingresos fiscales tienen una magnitud del 18,5% del PBI, entonces hay un déficit fiscal estructural, que el Gobierno espera cerrar con una elevación sustantiva de los ingresos tributarios y con una contención de los gastos. Allí es donde aparecen los problemas.

— ¿Desconfía de que el gobierno pueda aumentar los ingresos?
El Gobierno parte del supuesto de que va a ejecutar nuevas políticas que lleven a aumentar los ingresos tributarios, como la eliminación de algunas exoneraciones, que es un discurso que escuchamos hace 30 años. ¿Será por algo que no es sencillo hacerlo? También habla del Impuesto Predial, que es algo de lo que hablamos desde hace 20 años. ¿Será por algo que no es tan fácil de hacer? Y el MMM también contiene esa frase que uno saca a relucir cuando no tiene respuestas claras: “Hay que ampliar la base tributaria y hacer que la Sunat trabaje”. Esta parte, que está poco documentada, es la que sostiene las grandes proyecciones macroeconómicas de mediano plazo.

— ¿Con la información disponible, cuál es su proyección de los ingresos tributarios a partir del 2019?
El Consejo Fiscal, a partir de los supuestos detallados en el MMM, estima que los ingresos fiscales convergerían en torno al 18% del PBI en lugar del 20% en un escenario pasivo, con lo cual el déficit sería mayor al proyectado. Ante esta situación, para cumplir con la meta de déficit fiscal de 1% del PBI hacia el 2021, se tendría que hacer una reducción importante del gasto público. Y como en la parte corriente los grados de libertad son pequeños, habría que castigar la inversión pública, con lo cual, la proyección de crecimiento de 4% del PBI también habría que empezar a sacrificarla.

— ¿Qué otro escenario hay?
La otra opción es insistir en hacer inversión pública y en un crecimiento del PBI de 4% y por lo tanto, sacrificar la meta del déficit. Es decir, elevar a 2% o 2,5% el déficit fiscal, con lo cual habría que cambiar la ley fiscal. De esta manera, la deuda pública subiría más de lo esperado, posiblemente por encima del 30% del PBI, que la ley fiscal pone como límite, y otra vez estaríamos en el incumplimiento o cambio de las leyes. Por lo tanto, para cuadrar esta macroeconomía con buen crecimiento económico y una ley fiscal que cumpla con lo que ha prometido, el esfuerzo gubernamental va a tener que estar concentrado en la presión tributaria.

— ¿Por qué dudan de que las medidas del MEF serán efectivas?
En el MMM de abril, en el que se expresaron medidas tributarias como la subida del Impuesto a la Renta empresarial y la creación del Régimen Mype Tributario, se podía medir el impacto de las iniciativas en los ingresos del Gobierno. Pero en el actual MMM, cuando nos dicen “vamos a eliminar algunas exoneraciones”, no podemos simular su impacto, porque no se sabe de cuáles están hablando. Para discutir con seriedad, debemos tener las políticas. ¿Dónde está el decreto o la norma tributaria? En un momento se habló de volver al sistema anterior de detracciones, pero no está en este marco.

— ¿Le preocupa el nivel de la deuda?
La credibilidad y la reputación son muy importantes. Si das una ley estricta, pero nunca la vas a cumplir, mejor no la des. Nosotros le decimos [al MEF]: “Piénsalo bien”. En una economía como la peruana, que está sometida a riesgos domésticos e internacionales, quizás una deuda pública del 30% del PBI no deba ser el límite, quizás pueda ser un poquito más. Violar una ley que este mismo gobierno ha creado es un problema, que se lo habrían podido evitar si nos hubieran escuchado.

— ¿El crecimiento de la inversión pública previsto es realista?
El marco postula un crecimiento de la inversión pública en este año de 7,5%, pero ha caído en los primeros 7 meses, por lo que tendría que crecer 30% en los últimos 5 meses para alcanzar el objetivo, lo cual es complicado. Pero son detalles. El problema es hacia adelante y consiste en que no tenemos otros motores de crecimiento. Por lo tanto, mi opinión personal, convergente con el artículo que publiqué en El Comercio esta semana, es que si al PBI le quitas los Juegos Panamericanos y las grandes obras de infraestructura, el crecimiento potencial llega solo a 2,5%, similar al promedio latinoamericano.

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