"Av. Larco": lee nuestra crítica de la película peruana
"Av. Larco": lee nuestra crítica de la película peruana
Sebastián Pimentel

Tondero Producciones pisa sobre seguro. “” es la versión para la pantalla grande de un exitoso musical teatral. La apuesta mayor fue dejar de lado a Giovanni Ciccia, director de la propuesta para las tablas, y llamar a Jorge Carmona, director de películas como “La gran sangre”, para darle un aire más callejero a una historia que lo necesitaba.

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El planteamiento central del guion recurre a cuatro amigos de la clase media que forman una banda de rock y que pretenden triunfar en el circuito de festivales rockeros de Lima a fines de los años ochenta. Sin embargo, podría decirse que la historia de este grupo sirve también para una inmersión en las capas sociales más ensombrecidas de la capital y en la violencia social de la época.

Reconocemos en “Av. Larco” a dos partes bien diferenciadas. En la primera, que lamentablemente es la de más duración, asistimos a una serie de coreografías que acompañan a los hits radiales de los años ochenta y noventa. El problema es que todo queda en devaneos románticos de ejecución más bien torpe. Pies forzados para incrustar alguna canción de Río o Mar de Copas y para presentar de paso el carácter de los personajes (interpretados por Juan Carlos Rey de Castro, Carlos Galiano y Andrés Salas) y sus respectivas parejas (Daniela Camaiora, Carolina Cano, Maria Grazia Gamarra).

Tomando en cuenta la pobre construcción de los personajes –sobre todo los femeninos– y la narración confusa, es notoria la repetición de errores que “Av. Larco” comparte con “Locos de amor”, también de la productora Tondero, especie de versión rosa de la primera pero con baladas del recuerdo. Ambas se concentran casi exclusivamente en el diseño artístico y la coreografía de los segmentos musicales, primando en el caso de Carmona la debilidad por los montajes rápidos, tomas frontales o saturación de color y textura de la imagen.

A partir de esta suma de canciones, la cinta no deja de languidecer. Hasta que aparece la parte de “Av. Larco” con André Silva. Él interpreta a un rockero de El Agustino que se vuelve amante de un integrante (Nicolás Galindo) de la banda protagonista. Los personajes empiezan a tener complejidad, mientras que el contexto social de fondo se hace también más convulso y rico en niveles de lectura.

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No exenta de problemas narrativos, la cinta se convierte en otra cosa. Aparece el conflicto del líder de Astalculo, la banda de ‘pitucos’ que le canta a la “Av. Larco”, con su padre encarnado por Javier Valdés, un hombre autoritario de las fuerzas del orden que es abiertamente racista. Otros temas son el de la pareja homosexual y la discriminación en los concursos de rock que sufren las bandas de El Agustino con respecto a las de Miraflores o San Isidro.

Los minutos finales, si bien caóticos, hacen ver un sorprendente espíritu de denuncia. Ese lado político, expresado en las canciones de Los Mojarras o La Sarita, o el personaje que compone Julio Pérez –cantante de esta última banda– como un policía humillado y abusivo a la vez, son lo mejor del filme (incluido el acto musical de Pérez, bien justificado argumentalmente). “Av Larco”, finalmente, si bien es una especie de  monstruo audiovisual, tiene algo de alma. A pesar de su pobre estructuración e incapacidad para desarrollar historias, transmite unas ganas por expresar los problemas del país que, hay que decirlo, llegan a superar sus frívolos devaneos con la nostalgia radial.

LA FICHA
Título original: “Av. Larco, la película”
Género: musical, drama.
País y año: Perú, 2017
Director: Jorge Carmona
Actores: André Silva, Juan Carlos Rey de Castro, Andrés Salas, Carolina Cano.
Calificación: 2 estrellas de 5.

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