
En tan solo una semana el mundo conoció gracias a Netflix la que tal vez sea la mayor historia de ciencia ficción nacida de América Latina. “El Eternauta”, protagonizada por Ricardo Darín, sigue la historia de Juan Salvo, excombatiente de la Guerra de las Malvinas atrapado en una Buenos Aires postapocalíptica, donde una nieve tóxica mata a las personas y solo unos pocos, ataviados con trajes impermeables, sobreviven en sus calles.
Con solo seis episodios la serie ha sido comentada por los mayores críticos de televisión, e incluso por creadores destacados como es el caso de Hideo Kojima, autor de videojuegos como “Metal Gear Solid” y “Death Stranding”, que le dio su sello de aprobación. El éxito ha hecho que más personas sepan quién fue su guionista, Héctor Germán Oesterheld, y cuál fue el destino al que fue sometido por la dictadura argentina: lo desaparecieron y asesinaron junto a sus hijas, dos de las cuales estaban embarazadas.
Pero “El Eternauta” también tiene otro autor. Hace 18 años el dibujante Francisco Solano López llegó a Lima invitado por la Feria del Libro Ricardo Palma. A continuación, la conversación que sostuvo con El Comercio y que en su momento salió en nuestra edición impresa.

“El largo viaje de El Eternauta”
De madrugada, en un barrio de Buenos Aires, Juan Salvo regresa de su largo viaje por el tiempo y el espacio. Toma forma en el estudio de un desvelado guionista de historietas que, asombrado, observa cómo al otro lado del escritorio su invitado va apareciendo. “Estoy en la tierra, supongo...”, fueron sus primeras palabras.
Así comienza “El Eternauta”, historieta de culto argentina, escrita por Héctor Oesterheld, dibujada por Francisco Solano López y publicada, por entregas, en la revista “Hora Cero Semanal”, desde el 3 de setiembre de 1957. Su trama no pasó desapercibida: en un futuro muy cercano, una despiadada raza extraterrestre aterriza sus naves en la ciudad de Buenos Aires. Una nieve radiactiva extermina gran parte de la población y solo unos pocos, protegidos con escafandras y filtros, ha podido salvarse del exterminio. Pero eso fue solo el comienzo. Criaturas monstruosas e inexpugnables alienígenas acosarán a las tropas humanas que resisten en lugares tan emblemáticos como el parque de Palermo o el estadio de River Plate.
El maestro Solano López, quien visita Lima invitado por la Feria del Libro Ricardo
Palma, recuerda cómo, con sus humildes recursos técnicos, pudo ayudar a su amigo Oesterheld a contar tan terrible historia. Una pesadilla que, 20 años después, terminó siendo fatalmente premonitoria: los monstruos no eran de otro mundo sino efectivos militares que impusieron la más terrible dictadura. Paradójicamente, la pesadilla tuvo entre sus víctimas al mismo Oesterheld.
—En las últimas décadas, ha venido compaginando su obra de ciencia ficción con el erotismo...
Son etapas. Mitad por elección y mitad porque se dan las condiciones para hacerlo. La parte erótica y de sexo de mi producción empezó en Brasil. El atractivo femenino en Río de Janeiro es muy fuerte. Acostumbraba a recorrer la herradura de la playa de Copacabana y me ponía a trabajar. Son como 8 kilómetros de caminata. Caminando por la orilla, vi a una chica en una posición especial que me permitía ver sus pudibundeces en la forma más explícita. Me quedé con esa imagen y la dibujé. Meses después le inventé una historia. En verdad, hay que ser un poco voyeur para ser historietista. Yo, a mi edad, sigo siendo voyeur las 24 horas del día.

—Un dibujante como Quino se quejaba de que le pregunten siempre por Mafalda. ¿Cómo siente que el Eternauta siga generando tantas preguntas y acoso del público?
La relación mía con El Eternauta es muy afectiva. Es un caso muy especial: tiene su público, su clima y condiciones editoriales marcadas por su historia. La vengo dibujando con la misma forma tradicional del inicio. Pero estoy un poco saturado de su peripecia. Quiero buscar una forma de reorganizar la producción y la continuidad del personaje. Buscar un acuerdo entre mi persona, los herederos, el dibujante que elija para responsabilizarse del trabajo, para quitarme un poco el peso de seguir dibujando, a los 80 años, 30 páginas al mes de “El Eternauta”
—Con El Eternauta Buenos Aires apareció como espacio de una historia de ciencia ficción. Lo curioso es que, quizás por ocurrir en el Tercer Mundo, los humanos pierden frente a los invasores alienígenas.
Tanto Oesterheld como yo sabíamos que los finales felices eran una de las debilidades del género. Teníamos el criterio de que la aventura puede estar a la vuelta de la esquina. Y lo practicábamos como algo natural, razonable y espontáneo.
—¿Cuáles eran los miedos propios de la época que vio nacer a El Eternauta?
Es un poco difícil recordarlo. Vivíamos la desaparición del peronismo como fuerza política. No estábamos contentos con el régimen militar de tumo, pero sentíamos que el peronismo no había sido ninguna solución. Hoy nos damos cuenta de que los argentinos estamos prisioneros del peronismo, tanto los que están a favor como los que están en contra.
—En el año 57, solo existían revistas bastante convencionales, como “Rico Tipo” o “Patoruzú”. ¿Con El Eternauta la historieta argentina adquirió madurez?
Oesterheld incorporó en el campo de la historieta la narrativa clásica. Melville, Conrad, Jack London pertenecían a su bagaje cultural. Además tenía una curiosidad intelectual inagotable, se mantenía siempre actualizado con los temas científicos y sociológicos. Cuando producía un trabajo, le agregaba a la médula de la peripecia aventurera conocimientos sólidos de tipo histórico o científico o fantacientífico. Ese fue su aporte.

—Es curioso que Oesterheld confesara la influencia de un escritor como Robert Heinlein, autor de “Tropas del espacio” o “Amos de títeres” para El Eternauta. Heinlein es un autor criticado por militarista, incluso por fascista.
Yo no soy un lector de ciencia ficción, soy un practicante que trabaja con su propia fantasía. Creo que no hay obras enteramente originales en cuanto a su argumentación o su trama dramática. Ni siquiera en Shakespeare. Se puede admitir que alguien ha tratado ese tema antes, pero hay una frescura personal para tratar ciertos temas que les dan otro enfoque.
—Parte de la leyenda de El Eternauta es el haber sido una historia que, sin buscarlo, fue premonitoria. Avizoró el terror que la dictadura militar de Videla impuso en Argentina.
Es un fenómeno indefinible, porque no se puede decir que fuera consciente de parte nuestra. Fuera de nuestras fronteras, igual se vivía un estado de ánimo parecido. La aparición de los primeros platos voladores despertaba la imaginación de la gente. La amenaza de la guerra atómica hacía temer un holocausto. Los rusos eran los cucos de aquella época. Los estadounidenses van eliminando cucos y sustituyéndolos por otros. Algo de eso estaba en nuestro subconsciente en 1957 cuando con todo ese repertorio de fantasía científica nos dedicamos a un campo inexplorado como la ciencia ficción. Así de espontánea fue nuestra recreación de los conflictos generados poruña invasión extraterrestre en Buenos Aires.
—La segunda parte de El Eternauta fue más atrevida: las potencias del Primer Mundo se alían con los extraterrestres para que sea el Tercer Mundo la única zona del planeta invadida.
Hicimos de El Eternauta un montonero. Los muchachos que militaban en los años 70 en grupos de izquierda se quedaron encantados con esa segunda parte. Pero yo, como ilustrador, no tanto. Sentía que en la nueva versión la uniformidad de la línea del protagonista y su entorno tenían un cambio extraño queme obligaba a cambiar la naturaleza del personaje.
—¿Cuán devastador fue para usted la desaparición de Oesterheld por los agentes de la dictadura?
Fue un golpe muy duro. Mi hijo y yo habíamos viajado a España pocos meses antes. Mi hijo también militaba. Estuvo preso casi un año y yo conseguí que lo liberaran prometiendo que nos iríamos los dos del país. En España nos enteramos de la muerte de Oesterheld.
TE PUEDE INTERESAR
- El Eternauta: la histórica nevada mortal del cómic argentino revive en la nueva serie de Netflix
- “El Eternauta”: ¿Por qué se menciona al Perú en el último episodio?
- “El Eternauta”: la historia del cómic argentino sobre una invasión extraterrestre que busca ser el nuevo éxito de Netflix
- “El Eternauta”: nuestra reseña sin spoilers de la serie protagonizada por Ricardo Darín
- La edad del personaje principal, presencia femenina y más: lo que conserva y modifica la serie “El Eternauta” de la historieta argentina