Armonía 10 en concierto.
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La fiesta inolvidable de Armonía 10
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La fiesta inolvidable de Armonía 10

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Los años post pandemia han sido los años de la consolidación de la cumbia de la costa norte como el género dominante de la música popular en el Perú. Como muestra de esta potestad, y con motivo de su 53 aniversario, realizó un masivo y deslumbrante concierto en el Estadio de la Universidad Mayor de San Marcos.

Apenas dieron las ocho de la noche, y tras la presentación de un puñado de teloneros, la orquesta piurana subió a un escenario impresionante, de dimensiones sólo vistas en los más grandes conciertos internacionales, provisto de una sincronizada red de pantallas que proyectaba ilustraciones de temática urbana –impecablemente diseñadas por los artistas Decertor, Carga Máxima y Paolo Torres– que le añadieron un aire fresco e innovador al show de la orquesta norteña. Todo esto merece un reconocimiento aparte porque, a diferencia de los recitales ofrecidos por cualquier artista local hasta el momento, este concierto trajo una propuesta visual no sólo monumental sino especialmente diseñada para las canciones, añadiéndole una narrativa particular a cada una de ellas. Con este show, la producción visual para los conciertos locales se ha elevado a una altura que difícilmente podrá ser superada sin invertir un considerable esfuerzo técnico y estético.

El recital no estuvo exento de invitados, ya fuesen locales como Bartola, Álvaro Rod, Leslie Shaw y la familia Succar, o internacionales como –quizás el punto más flojo de la noche– Karen Rodríguez, el dúo portorriqueño de reggaetón Ángel y Khriz, y el recordado “bebé salsero” Toñito León, quien no pudo contener las lágrimas cuando el público cantó a viva voz “De sol a sol”, uno de sus temas más recordados.

Pero lo más destacado de la noche fue, sin duda, el repaso que Armonía 10 hizo de un repertorio de temas que ya son considerados clásicos de la música tropical peruana. Si bien desde hace muchos años los integrantes originales de la orquesta no forman parte de ella –sus cantantes más emblemáticos, Tony Rosado y el fallecido Alberto “Makuko” Gallardo, se retiraron en 1996 y 1999, respectivamente– las canciones que la formación original fraguó en las décadas del ochenta y del noventa no han perdido vigencia en el corazón de una audiencia que, con el paso del tiempo, no ha hecho más que crecer. Así pues, una nueva promoción de cantantes (Irvin Saavedra, Dino Sánchez, Carlos Carmona, Percy Laban, Leandro Lozada y el también animador Max Aguirre) interpretaron una sucesión de clásicos entrañables como “Penar, penar”, “No vayas con él”, “Dios mío haz que me enamore”, “Serpiente”, “Jugadora”, “Herido corazón” y “El cervecero” frente a un público siempre cómplice y completamente entregado a los dictámenes musicales de la orquesta.

Pero el momento más emotivo –y real– del concierto llegó cuando, acompañada por un coro de niños, Armonía 10 interpretó “Qué no daría”, uno de sus clásicos de los años noventa, en homenaje a Paul “Ruso” Flores, uno de sus más queridos cantantes, fallecido el pasado 16 de marzo a manos de extorsionadores. La letra de la canción: “Te fuiste sin decirme adiós / como se aleja el viento / dejando aquí en mi corazón / profundo sentimiento”, cobró un nuevo significado, remeciendo al público y provocando el llanto en más de uno, tanto arriba como abajo del escenario.

Desde su fundación en 1972 en el asentamiento humano San Martín de la provincia de Piura, Armonía 10 se ha convertido en una de las más populares y queridas orquestas de la música tropical peruana. Gracias a un repertorio de canciones poseedoras de una profunda intensidad emocional, a una formidable delantera de cantantes que ha sabido renovarse con el tiempo y a una identidad musical que ha logrado actualizarse sin traicionar su esencia, hoy, más de cincuenta años después de su formación, la orquesta continúa haciendo historia. El concierto realizado el sábado pasado en el estadio de San Marcos es un homenaje y reconocimiento a esa historia, que, a estas alturas, parece no tener fin.

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