Dante  Carhuavilca Bonett

La de los hogares en nuestro país no es la misma que la de hace dos años. La pandemia del COVID-19 impactó en miles de hogares peruanos. Sin embargo, con la flexibilización de las restricciones sanitarias y el retorno gradual a la presencialidad notamos que la economía se ha venido recuperando, pero sin alcanzar los niveles de pre-pandemia.

La pobreza monetaria en el Perú disminuyó en 4,2 puntos porcentuales en el año del bicentenario de nuestra Independencia, al pasar de 30,2% en el 2020 a 25,9% en el 2021, pero al compararla con el registro del 2019, la pobreza aumenta en 5,7 puntos porcentuales.

Al analizar la pobreza extrema, que en el 2021 afectó al 4,1% de la población, se observa que aproximadamente un millón 354 mil peruanos registran un gasto mensual que no cubre una canasta básica de alimentos.

Los hogares que sufren de pobreza extrema se caracterizan porque el 5,1% tiene una laptop o computadora, el 15,1% accede a Internet en sus hogares, el 15,9% vive en hogares hacinados, el 37,4% accede a desagüe por red pública y el 97,9% de pobres extremos tiene un empleo informal, sin beneficios y prestaciones de ley asignadas al trabajador formal.

De otro lado, si bien es cierto que prácticamente uno de cada cuatro peruanos se encuentra por debajo de la línea de pobreza, existe un 34,6% que registra gastos por encima del umbral de la pobreza monetaria, pero que es vulnerable y que cualquier cambio en su entorno inmediato o en el macroentorno que afecte sus condiciones socioeconómicas aumenta el riesgo de caer en la pobreza.

En este punto, la estimación de la Vulnerabilidad Económica en la Pobreza Monetaria es una herramienta metodológica que le permite al identificar a aquella proporción de la población no pobre que es proclive a ser afectada por los ciclos negativos de la economía al punto de caer en riesgo de no poder cubrir el costo de una canasta familiar de bienes y servicios durante un período determinado.

Si consideramos a los pobres y a la población vulnerable de caer en pobreza notamos que aproximadamente seis de cada diez peruanos son pobres o son vulnerables, lo que refleja un alto nivel de fragilidad socioeconómica en el hogar peruano.

Por ello, frente a un escenario de crisis, es importante buscar consensos y realizar los esfuerzos necesarios para superar esta coyuntura, promoviendo la inversión pública y privada para reforzar la senda del crecimiento económico.

La pelota sigue en nuestra propia cancha. No dependemos de nadie más que del propio esfuerzo conjunto y unificado de todos los peruanos.