El astrobiólogo Julio Valdivia viene realizando pruebas de sembrío de papas peruanas en condiciones extremas similares a las de Marte, con miras a realizar cultivos en el “Planeta Rojo”. (Foto: Cortesía)
El astrobiólogo Julio Valdivia viene realizando pruebas de sembrío de papas peruanas en condiciones extremas similares a las de Marte, con miras a realizar cultivos en el “Planeta Rojo”. (Foto: Cortesía)
Rolando Arellano C.

Las últimas noticias muestran que el Perú acaba de superar a Chile como exportador mundial de uvas, siguiendo el camino logrado con otros productos como arándanos, espárragos y paltas. Sorprende, sin embargo, que siendo el país donde se originó la , no tengamos un comercio importante de dicho tubérculo. Una de las razones podría ser que hemos hecho muy poco para desarrollar su mercado. Veamos.

Nuestro país está lejos de ser el primer productor de papa del mundo, pues le llevan inmensa ventaja países como China y la India, y, sorprendentemente, también otros con un territorio mucho más pequeño que el nuestro. Así, con la mitad de nuestra extensión, Ucrania, nación con la que nos solidarizamos, produce casi ¡seis veces! la cantidad de papa que nuestro país.

Como lo muestran Stephanie Barclay, Pamela Marrache y Esperanza Pieruccini, en su reciente tesis de maestría (“Plan estratégico de marketing para el incremento de consumo de la papa peruana”. Maestría de Marketing Centrum-Arellano 2022), esta situación se produce porque nos hemos preocupado en fomentar la producción de la papa, lo que es correcto, pero hemos descuidado lo referido a su demanda y su llegada al mercado.

Las autoras señalan que no es suficiente con decir que aquí nació la papa, ni contentarnos con proteger a sus más de 2.000 variedades, si es que paralelamente no logramos que la población desee incrementar su consumo.

A partir de entender a fondo el tema, encuentran que el verdadero reto para el país está en hacer una mejor difusión de las inmensas y poco conocidas ventajas intrínsecas de la papa, entre ellas sus grandes aspectos nutritivos. También en mostrar las ventajas de sus diversas opciones –no sirven para lo mismo la canchán, la huayro, la huamantanga o la yungay– aprovechando, quizás, el desarrollo de la gastronomía peruana. Por otro lado, se pueden proponer empaques más funcionales, informativos y atractivos, junto con sistemas de comercialización más acordes con el mundo moderno. Además, están las oportunidades de industrializar y transformar más este producto, pues el mundo consume fideos de papa, pan de papa y hasta leche de papa, y la usa como insumo para otras industrias alimenticias, nutrición animal e incluso para cosmetología y farmacia. Por ello no existe razón para que los peruanos, que somos los papás (y mamás) de la papa, nos contentemos solo con su producción y consumo básico, señalan.

En fin, esta investigación parece mostrar que, con un buen enfoque, la papa puede convertirse en el verdadero alimento estrella de los peruanos y en el líder de los superalimentos que nuestro país entrega al mundo. Así ganaría el Perú y el mundo estaría bien papeadito. Que tengan una buena semana.

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