Muchas veces, por lograr una piel bronceada, nos entregamos al sol con las respectivas recomendaciones de cuidado dermatológico. Pero ¿qué pasa cuando olvidamos proteger el cabello de esos mismos rayos de sol, calor y radiación, a los que se añade el cloro y la sal de las piscinas y el mar? El pelo se deshidrata.
Jacqui Tolentino, experta colorista, da algunos consejos. El primero de ellos: a la hora del lavado, el agua debe estar a una temperatura de tibia para fría. “Si uno se baña con agua caliente, la cutícula del cabello permanecerá abierta, lo cual causará su oxidación”, explica.
La especialista recomienda, además, usar un protector térmico para evitar el calor de la secadora o la plancha. No debe faltar el sérum capilar dos veces al día en las puntas, ya que hidrata y sella las cutículas. Por último, no olvide aplicarse mascarillas dos o tres veces por semana. Pueden ser hechas en casa a base de palta o miel. A tomar nota. //