Pareciera que el ser humano es un animal de corta memoria en lo que se refiere a los acontecimientos que le produjeron desgracia en el pasado. Por ejemplo, a pesar de haber vivido la atrocidad de innumerables guerras, incluyendo bombas atómicas, todos los días vemos como desquiciados líderes coquetean con la muerte amenazándose los unos a los otros.
Lo mismo puede decirse de las vacunas. Durante siglos, enfermedades como sarampión, paperas, rubeola, varicela, poliomielitis, tos convulsiva, difteria, y tétanos, entre otras; se llevaban la vida de miles de niños dejando padres adoloridos porque esas enfermedades infecciosas no podían prevenirse.
Hasta que durante el siglo pasado empezaron a desarrollarse vacunas contra muchas enfermedades infecciosas, gracias a las cuales, la mortalidad infantil disminuyó progresivamente en el mundo, a tal punto que las vacunas han sido consideradas como uno de los grandes avances de la salud pública del siglo pasado.
Inicialmente, los mas beneficiados fueron los países ricos, capaces de comprar y distribuir adecuadamente las vacunas; posteriormente, países pobres o en desarrollo como el Perú, han logrado enormes avances en sus programas de vacunación en los últimos 20 a 30 años.
Hasta que, coincidiendo con el desarrollo del Internet y las comunicaciones, el movimiento anti vacuna empezó a volverse cada día mas activo en las sociedades mas afluentes de los países desarrollados. Y si usted amable lector piensa que el movimiento anti vacuna es nuevo, esta equivocado. El movimiento anti vacuna nació prácticamente con el nacimiento de las propias vacunas, pero simplemente no tuvo el medio para expresarse masivamente.
Si quieres saber más sobre este tema, sigue leyendo el más reciente post del blog Cuida tu salud del doctor Elmer Huerta.