A causa de una enfermedad congénita, los dedos de la mano izquierda de la pequeña escocesa Hayley Fraser no se desarrollaron.
Para facilitar que la niña pudiera desarrollar actividades cotidianas, como montar bicicleta, sus padres trataron de encontrar una opción alternativa a una complicada operación.
Fue así como encontraron una empresa que fabricó una mano con una impresora 3D por menos de US$100.