Los polka dots, también conocidos como lunares, se pusieron en tendencia durante la década de los 50, y tuvieron como una de sus mayores exponentes a la icónica Marylin Monroe, quien los llevaba impresos en elegantes vestidos de caída amplia.
Por estas fechas, el estampado de lunares volvió a las pasarelas, esta vez de la mano de firmas como Dolce & Gabbana y Dior. Ambas propuestas coinciden en llevarlo en su versión más clásica: blanco y negro, en piezas como vestidos off the shoulder.