Angélica Obregón empezó en un mercado vendiendo verduras y frutas, pero su curiosidad y empuje la llevaron a interesarse por la elaboración de cremoladas. El camino para aprender a preparar estas bebidas no fue nada fácil; de hecho, implicó un largo proceso de ensayo y error. Pero como nada la detenía, Angélica quiso ir hasta el final, animándose incluso a seguir un curso de preparación de néctares en la Universidad Nacional Agraria.

A pesar de que el camino hacia el reconocimiento fue accidentado, actualmente cumple su séptimo año presentándose en Mistura, con gran éxito. Su negocio no ha parado de crecer, y la pujante emprendedora continúa en constante exploración de sabores. Ofrece unas 40 alternativas de pura fruta en sus dos locales de La Molina y en el carrito que tiene instalado en el Parque de la Amistad, en Surco. Algunas de las más ricas y refrescantes están ahora mismo en Mistura.

Angélica nos cuenta que cada cremolada tiene un proceso de elaboración único, para obtener el máximo sabor de la pulpa de fruta y darle el gusto ideal. Asimismo, procura usar un mínimo de azúcar, y aprovechar solo insumos frescos y artesanales. Entre sus novedades están la nutritiva cremolada de quinua y la golosa de queso helado, sobre las cuales menciona orgullosa que las aromatiza con vainas de vainilla, en lugar de  la esencia industrial. Así, conserva los sabores de la forma más pura posible.

EL DATO
No te pierdas las combinaciones recomendadas por Angélica: cremolada de guanábana con uva borgoña, o de lúcuma con fresa.

Contenido sugerido

Contenido GEC