En el cruce de la avenida Javier Prado con la calle Francisco Masías, los peatones deben esquivar los vehículos para poder cruzar. (Foto: Rolly Reyna)
En el cruce de la avenida Javier Prado con la calle Francisco Masías, los peatones deben esquivar los vehículos para poder cruzar. (Foto: Rolly Reyna)
Hernán Medrano Marin

Son las 7 a.m. de un día de semana. Uno de los trenes de la línea 1 del metro de Lima se detiene en la estación La Cultura (San Borja) y, tras abrir sus puertas, decenas de personas salen y descienden a toda marcha las escaleras del andén. Al llegar al cruce de las avenidas Javier Prado y Aviación, un semáforo peatonal en rojo les frena el paso. Pasan cinco minutos y llegan más personas, tantas que algunas ocupan la pista, con lo cual ponen en riesgo sus vidas. El semáforo cambia de luz y la ola humana cruza la calle, rodeando durante su paso a los colectivos estacionados en pleno crucero peatonal.

Cruzar la Av. Javier Prado, en esta y otras intersecciones, en cualquier momento del día es una verdadera odisea, como comprobó El Comercio en un recorrido.

En el cruce de la referida vía con la calle Francisco Masías, en San Isidro, el semáforo peatonal tarda normalmente cinco minutos en cambiar de luz y dar paso a las personas. Este tiempo incluso se duplica cuando el tránsito queda en manos de la Policía Nacional, pues prioriza el flujo vehicular. Lo mismo ocurre en el cruce con la Av. Arenales.

En el caso de la Av. Aviación, uno de los puntos que más problemas presentan para los peatones es el cruce con Angamos, por la estación Angamos del metro.

La responsabilidad de programar el tiempo en la red semafórica de Lima Metropolitana recae en Protránsito, entidad de la Municipalidad de Lima. Su presidente, Fernando Perera, indicó que usan más de 300 cámaras para registrar durante todo el día el número de vehículos y peatones en las intersecciones de la ciudad.

Esta data es evaluada por un grupo de analistas de tráfico, a través de un software, el cual muestra las mejores alternativas de ciclos temporales para cada semáforo. Si ven que no hay fluidez, los analistas vuelven a calibrar. El funcionario explicó que cada semana se realizan revalorizaciones de tiempo en toda la red de semáforos.

Según Protránsito, en algunos cruces, el peatón puede esperar hasta 10 minutos para cruzar en hora punta.

Los conductores no respetan el paso de cebra para peatones y recogen pasajeros sobre ella. (Foto: Rolly Reyna)
Los conductores no respetan el paso de cebra para peatones y recogen pasajeros sobre ella. (Foto: Rolly Reyna)

—Otros obstáculos—

La gran cantidad de vehículos que hay en la ciudad es otro de los factores que agravan esta situación. “Hay momentos en que la vía no es capaz de albergar tantos vehículos y el software da más tiempo porque analiza que se necesita mayor fluidez. Muchas de las intersecciones de Lima están saturadas”, señaló Perera.

La proliferación de colectivos es otro obstáculo que deben enfrentar los peatones. Estos vehículos han establecido paraderos informales a lo largo de la Av. Javier Prado, algunos de ellos a la altura del óvalo Monitor, Circunvalación, Av. Aviación, Av. Arenales y Rivera Navarrete. Asimismo, operan a las afueras de las estaciones del metro de Lima.

Para recoger pasajeros, estos vehículos paran en medio de la pista y sobre los cruceros peatonales. Este hecho también dificulta el tránsito de los buses de los corredores complementarios. Solo en estas vías circulan más de 30 mil colectivos cada día. Los buses del corredor rojo (Javier Prado-La Marina-Faucett) y azul (Arequipa-Garcilaso de la Vega-Tacna) son los más perjudicados.

—Posibles soluciones—

Alexandre Almeida, director de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Lima, señaló que en la capital existen semáforos que funcionan de forma aislada y solo algunos lo hacen bajo un cierto grado de sincronización. Esta deficiencia es una de las causas de las largas esperas de los peatones para cruzar.

“La sincronización busca generar un flujo vehicular con pocas interrupciones, pero esto no basta. Lo que necesitamos es tener semáforos inteligentes, que se comuniquen entre ellos y tengan una reprogramación en tiempo real”, sostuvo.

La urbanista Mariana Alegre, directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos, opinó que el objetivo de los semáforos inteligentes es dar prioridad al peatón.

“El tiempo que se le da al peatón para cruzar la pista es ridículo. Hay cruces donde este tiempo es de siete segundos. Las autoridades deben entender que el peatón tiene la prioridad”, dijo.

De las casi 1.400 intersecciones semaforizadas de Lima, apenas 415 están conectadas a la central de control de tránsito. Según la comuna, a inicios del próximo año esta cifra se elevará a 702

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