Melcochita hace un doble papel en la película dirigida por Carlitos Landeo. (Foto: Karen Zárate)
Melcochita hace un doble papel en la película dirigida por Carlitos Landeo. (Foto: Karen Zárate)
Juan Diego Rodríguez

Pablo Villanueva prueba suerte en la pantalla grande con "Gemelos sin cura" y lo hace enfrentándose a un reto muy difícil: interpretar a dos hermanos gemelos de personalidades distintas. Por momentos viste un hábito e interpreta a Pablo, un sacerdote conservador, y en otros usa camisas sueltas para convertirse en Pedro, un malandrín que trabaja para la mafia y que es aficionado al alcohol y a las mujeres.

Un protagónico de este tipo podría ser trabajoso para actores como Eddie Murphy y Tom Hanks, pero resulta ser una tarea titánica para Melcochita, quien no logra matizar sus apariciones.

El director de la película, Carlitos Landeo, ya había dejado en claro su intención de hacer comedias protagonizadas por humoristas conocidos. En el 2015 trabajó con Carlos Vílchez para hacer “Macho peruano que se respeta”, y en el 2016 con Carlos Álvarez en “Hasta que la suegra nos separe”. Ahora recurre a Melcochita y obtiene un resultado parecido: una película de cuestionable valor en la que los 'gags' y la presencia de Melcoloco (el mendigo que Villanueva interpretó por años) parchan los problemas de la trama.

En su intento por hacer una comedia familiar, “Gemelos sin cura” opta por caricaturizar a sus personajes. Sergio Galliani, por ejemplo, interpreta a un mafioso que sigue viviendo con su madre y que debe agachar la cabeza ante sus indicaciones; Paco Bazán encarna a un insoportable sacerdote que en la soledad de su cuarto se deschava bailando canciones de Madonna; y Hernán Romero, enemigo del padre Pablo, a cuyas apariciones acompaña siempre la respiración de Darth Vader para acentuar su malicia.

Lo mejor de "Gemelos sin cura" han sido los hilarantes tráileres que hicieron que todo el país soñara con ver a Melcochita en la pantalla grande. Por el momento, han funcionado y la taquilla lo demuestra, pero valdría preguntarse hasta cuándo durará el furor.

Melcochita es bueno en pequeñas dosis, por eso es tan sencillo carcajearse con los antológicos pico a pico que ha tenido con Miguelito el 'Chato' Barraza. Pero la alta exposición (el filme dura 100 minutos) desnuda las debilidades de su humor: es repetitivo y la mayor parte de lo que dice carece de sentido.

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