Aunque vivamos encerrados y distanciados, nadie nos puede quitar lo bailado: el Día Internacional de la Danza, jornada fijada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), vuelve a convocarnos hoy, 29 de abril, fecha que conmemora el nacimiento en 1727 de Jean-Georges Noverre, considerado el padre del ballet moderno.
Durante toda esta jornada, lo común era ver a bailarines profesionales y estudiantes de danza y ballet de todo el mundo salir a la calle o subir al escenario para celebrar y compartir el arte coreográfico. Sin embargo, el confinamiento decretado por la pandemia de coronavirus nos obliga a quedarnos en casa y sus cultores han debido reinventar su día. Por ello, la celebración solo se moverá redes sociales y teleconferencias.
En efecto, como nos explica Pachi Valle Riestra, maestra de la Especialidad de Danza de la Facultad de Artes Escénicas de la PUCP, no es extraño ver que desde que comenzó la emergencia sanitaria, una enorme cantidad de bailarines (profesionales y no profesionales) cuelguen en sus redes videos de ellas y ellos bailando. “La razón, creo yo, es porque moverse es estar vivo. La danza es epítome de sentirse vivo. Bailar despierta sensaciones y emociones intensas, nos hace sentir presentes en todo nuestro potencial y nos vincula con otros. En tiempos en donde la muerte se ha hecho tan presente, ha sido necesario resistir a este miedo bailando. Este es uno de los poderes de la danza”. Para la reconocida coreógrafa, esta época ha visualizado y evidenciado la importancia de esta actividad.
La fiesta virtual
Organizado por la Especialidad de Danza de la Facultad de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, hoy y mañana la comunidad de danza contemporánea se reunirá de manera virtual para participar de la “Semana de la Danza 2021”, a realizarse en el marco de la celebración por el día mundial de la danza. Se trata de actividades de ingreso libre que buscan promover la práctica de la danza en sus diversas manifestaciones, observando y revisando los modos en que la danza viene afrontando el difícil contexto actual.
Valle Riestra apunta: Si bien la danza jamás desaparecerá de la vida de hombres y mujeres, los que nos dedicamos profesionalmente a ella hemos sido duramente golpeados. La experiencia presencial, el contacto físico son esenciales en esta profesión y esto es justamente lo que se ha restringido. Encontrar nuevas maneras de hacer este arte, de re pensar la danza, es urgente.
Que le pongan salsa
Como parte de la agenda virtual se llevará a cabo una conferencia virtual abierta al público sobre Salsa de identidades en movimiento, a cargo del bailarín venezolano Juan Urbina. El experto reflexionará sobre la historia del sincretismo cultural de la danza, aproximándose a las nociones de hibridez, multiplicidad e identidad mixta. Urbina demostrará cómo las culturas originarias han elaborado estrategias para resistir al poder colonial y han fusionado sus prácticas de movimiento a través del tiempo y la migración. Para el expositor, el baile de la salsa es el mejor ejemplo para reflexionar sobre el actual sincretismo de la danza popular.
Asimismo, los estudiantes de esta casa de estudios participarán de forma virtual presentando sus propias creaciones coreográficas. En la Muestra virtual “Desfógate”, los jóvenes bailarines crearán piezas únicas de danza en solitario innovando en la gestión, creación y producción escénica virtual.
LA AGENDA
Conversatorio
29 de abril, 12 m. “Salsa de identidades en movimiento” (a cargo de Juan Urbina). Abierto al público vía Facebook live (https://www.facebook.com/danzapucp/live/)
Celebración de cierre
30 de abril, 8 pm. Fiesta virtual gratuita “Desfógate con salsa”. Abierto al público vía Facebook live (https://www.facebook.com/danzapucp/live/)
La danza no es solo de los bailarines: Todos estamos invitados
No solo bailarines y bailarinas celebran este día. En estos tiempos de largo confinamiento, bailar es una muy buena manera para que todos nosotros pasemos un tiempo de calidad, que nos permita reducir el estrés y a mantenernos activos.
Además, es una actividad ideal para fortalecer la musculatura y el funcionamiento de las articulaciones, potenciar la flexibilidad y el equilibrio corporales y mejorar la resistencia del corazón, además de estimular la circulación sanguínea.
Pero la danza es también una buena medicina para el cerebro y lo mantiene activo, ya que se trabaja la coordinación rítmica y ejercita la memoria para recordar una coreografía.
Por último, bailar nos levanta el ánimo y nos hace estar de mejor humor porque nos da la sensación de libertad, y potencia nuestra expresividad y creatividad. En definitiva, es una especie de antidepresivo natural apto para todas las edades.
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La danza cubana levantará los telones en la nueva normalidad de la isla
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