Dos hermanos en armas.
Enfrentados en un extraordinario encuentro en pleno frente de guerra.
Es difícil imaginar qué sintieron los jóvenes cuando de pronto percibieron, en medio de un tiroteo infernal, que estaban en bandos opuestos en uno de los conflictos más sangrientos y caóticos del continente africano.
La BBC habló con uno de ellos en Somalia, en un campamento de rehabilitación de ex combatientes de Al Shabab, el grupo radical islámico responsable de brutales matanzas, no sólo en territorio somalí sino en Kenia.
Se estima que Al Shabab aún tiene entre 7.000 y 9.000 combatientes. (BBC)
Al Shabab llegó a controlar 80% de Somalia, pero fue forzado a replegarse de áreas clave por tropas del gobierno y de la Unión Africana.En uno de esos combates se toparon los hermanos.
"Estábamos combatiendo a las tropas del gobierno en la capital, Mogadishu. El fuego era intenso y el frente de guerra atravesaba la ciudad", dijo Hanat al periodista Andrew Harding de la BBC.
Hanat sintió la necesidad de escuchar a su hermano y lo llamó con el celular. Así descubrió que su hermano de sangre estaba en el mismo combate, en el bando opuesto.
"Tuvimos una larga conversación. Él me dijo que yo estaba equivocado, que debía unirme a las tropas del gobierno", relató Hanat a la BBC.
"Pensé que si comenzaba a disparar podía matar a mi hermano. Y si él abría fuego yo podía morir".
"Lo pensé por un buen rato y, en ese preciso momento, decidí abandonar Al Shabab".
CICATRICES EN EL ALMA
Hanat se encuentra hoy en un centro que ofrece un refugio y entrenamiento vocacional a excombatientes.
Junto a otros jóvenes aprende a hacer ladrillos y a desmontar el motor de un auto.
Uno de los ataques más sangrientos de Al Shabab fue el asalto a la Universidad de Garissa en Kenia este año, que dejó al menos 147 muertos. (BBC)
El gobierno ofreció una amnistía a exlíderes del grupo radical, así como centros de rehabilitación para excombatientes de bajo rango como Hanat.
La calma del refugio debe parecer otro planeta para los jóvenes que abandonaron la violencia de Al Shabab.
Fátuma tiene 20 años y también está en el centro de rehabilitación. Con un pañuelo rojo intenta cubrir una cicatriz que serpentea su frente.
Cuando regresaba del colegio, hace tres años, fue secuestrada por combatientes de Al Shabab en una camioneta pick up. Fue golpeada y violada. Y para que dejara de resistir, casi la mataron de hambre.
"Luego de ocho meses me rendí. Me obligaron a casarme con un líder y tuvimos un hijo. Luego me casaron con otro y tuve dos niños más", dijo Fátuma.
Cuando tropas de la Unión Africana tendieron una emboscada a un convoy de Al Shabab en el que iba la joven, los extremistas simplemente lanzaron su cuerpo herido desde una camioneta y huyeron.
"Cuando supieron que estaba viva, mandaron a alguien a matarme. Nadie puede abandonar Al Shabab con vida. Enviaron a un atacante suicida que se inmoló en la explosión. Yo sobreviví, con esta cicatriz".
MILES DE COMBATIENTES
Si bien Al Shabab se retiró de Mogadishu y otras áreas, aún es un enemigo formidable para el débil gobierno somalí apoyado por la ONU.
Al Shabab surgió como el ala juvenil de la antigua Unión de Cortes Islámicas, un grupo radical que controló Mogadishu hace una década, antes de ser expulsado por tropas etíopes.
Mogadishu devastada y golpeada por otro ataque de Al Shabab este año. (BBC)