Amnistía Internacional (AI) afirmó que las pruebas de la limpieza étnica cometida por el Ejército en Birmania (Myanmar) son "irrefutables", tras el éxodo de casi 467.000 miembros de la minoría rohingya a la vecina Bangladesh.
En un comunicado, la ONG acusó a las fuerzas de seguridad de más de 80 incendios en aldeas rohingyas en el estado Rakáin (oeste), identificados por imágenes de satélite, y de tirotear a civiles de esta perseguida minoría étnica.
"Los datos son irrefutables: las fuerzas de seguridad de Birmania están prendiendo fuego al norte del estado de Rakáin en una campaña dirigida a expulsar a los rohingyas de Birmania. No se equivoquen: es una limpieza étnica", dijo Tirana Hassan, directora de Respuesta de Crisis de AI.
"Se observa aquí un patrón claro y sistemático de abusos. Las fuerzas de seguridad rodean un pueblo, disparan a la gente que huye presa del pánico y luego incendian las casas hasta los cimientos. En términos legales, se trata de crímenes de lesa humanidad: ataques sistemáticos y expulsión forzada de civiles", agregó el dossier.
Según testigos entrevistados por AI en Bangladesh, las fuerzas de seguridad dispararon contra aldeas rohingyas en respuesta a un ataque de militantes del Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA, sigla en inglés) a varios puestos policiales en Rakáin (antiguo Arakan) el pasado 25 de agosto.
"El ejército atacó a las 11:00 de la mañana. Empezó a disparar contra las casas y la gente; el ataque duró una hora. Cuando terminó, vi a mi amigo muerto en la carretera", relató un rohingya sobre un incidente ocurrido en Maungdaw al día siguiente.
El secretario general de la ONU, António Guterres, urgió a las autoridades de Birmania a suspender las acciones militares contra los rohingyas y advirtió de que la violencia ha desencadenado una catástrofe humanitaria.
Preguntado por si lo que está sucediendo es una "limpieza étnica", el jefe de la ONU consideró que no hay otra forma mejor de describirlo.
La líder de facto birmana, la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, ha atribuido las denuncias de limpieza étnica a una campaña de desinformación y ha anunciado a través de su portavoz, Zaw Htay, que no acudirá a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que la próxima semana debatirá la situación de los rohingya.
No obstante, el portavoz de Suu Kyi anunció que la líder de facto pronunciará un discurso el próximo día 19 dirigido a la nación y que también explicará a diplomáticos y periodistas la situación en Rakáin.
El portavoz explicó que la líder de Birmania no puede acudir a la asamblea de la ONU debido al "terrorismo", en referencia a ARSA, y a los conflictos "raciales y religiosos" en el citado estado.
Desde el pasado 25 de agosto, cerca de 380.000 rohingyas han huido a Bangladesh, a los que hay que sumar otros 87.000 que también lo hicieron entre finales de 2016 y principios de 2017, también debido a una operación militar tras un ataque de ARSA en la frontera.
El Ejército aseguró que en las dos operaciones ha abatido más de 400 insurgentes y detenido a alrededor de un centenar, y que el grupo armado mató entre ambas a 21 policías y soldados.
Se estima que más de un millón de rohingyas vivían en Rakáin víctimas de una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 rohingyas confinados en 67 campos de desplazados.
Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohingyas, les considera inmigrantes bengalíes y les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.
(Fuente: EFE)
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