Uzcátegui llegó a Lima usando un polo que une los rostros de Alberto Fujimori y Nicolás Maduro. “Los autoritarismos son derrotables”, dice. (Juan Ponce / El Comercio)
Uzcátegui llegó a Lima usando un polo que une los rostros de Alberto Fujimori y Nicolás Maduro. “Los autoritarismos son derrotables”, dice. (Juan Ponce / El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

“Siempre habrá una luz por la que luchar. Pelearé el tiempo que sea de pelear. Aunque solo ves oscuridad, esto va a cambiar. No puede durar más”, dice el coro de “Molotov” canción de Doctor No, una de las 16 bandas venezolanas que participan en el disco “Rock contra la dictadura”, un proyecto liderado por la organización Provea.

—Como coordinador de Provea has llegado a Lima para entregar el disco a los asistentes a la Cumbre de las Américas...
Las organizaciones de derechos humanos hacemos muchas cosas con un alto contenido técnico, que son importantísimas, como los informes, pero no tan masivas. Los referentes de los jóvenes están en las series, videojuegos, novelas gráficas. Tuvimos la necesidad de dialogar con ellos.

—¿Cómo lo hicieron?
Comenzamos con una radio por Internet asociados con una ONG digital de jóvenes. Luego tuvimos un contacto mucho más cercano con gente que cantaba sobre lo que pasaba en Venezuela.

—Y ahí nació el disco...
Hay algo interesante. Hugo Chávez tuvo la buena idea, en algún momento, de convertirse en un movimiento social, con íconos, una estética y canciones. Por diferentes razones, el gobierno de Maduro ya no es un movimiento, solo ejerce el poder para quedarse de forma indefinida. Del otro lado, en cambio, el grupo que está intentando que vuelva la democracia a Venezuela ha pasado a ser un movimiento. Ellos aportan canciones y encuentros para la ciudadanía. Ahora no solo hay bandas de rock sino artistas un poco más conocidos como Nacho o Franco de Vita que están siendo parte de esto. Esas bandas fueron las que confiaron en nosotros.

—El poder de la música...
Generalmente creemos que podemos convencer a las personas con ideas y la razón, pero si van acompañadas con sentimientos y emociones será mucho más potente. Yo me eduqué sobre lo que pasaba en el Perú escuchando a las bandas peruanas. La primera vez que oí sobre un sitio llamado Ayacucho, donde violaban derechos humanos, fue a través de “Ayacucho centro de opresión” de Kaos. La música les puede hablar a esta nueva generación de venezolanos, les recordará a estos jóvenes por qué luchan. Por otro lado, es una forma de disminuir los brotes de xenofobia que son naturales ante las oleadas migratorias masivas.

—¿Con qué canciones podemos comenzar?
La primera es de Sentimiento Muerto. En 1988 Fito Páez produjo su disco “La muerte no existe”, donde está “Educación anterior”, que tiene plena vigencia en la Venezuela de hoy. La segunda, es de Melancólicos Anónimos que tuvo que emigrar a EE.UU. Tienen una canción muy ácida y directa llamada “Coca y gasolina”, dicen que son los dos principales productos de exportación en Venezuela.

—¿Cómo analizas la crisis de tu país?
Para sintetizar la gravedad del momento actual debes saber que para una organización de derechos elevar su tono es calificar a un gobierno como dictadura. Eso lo hicimos en octubre del 2016. Y en eso también tuvo que ver el Perú.

—¿Por qué?
Muchas organizaciones de derechos humanos peruanas nos decían cuál debería ser nuestro papel en estos momentos, debíamos asumir un rol más político para poder devolverle la democracia al país. Ahorita nos encontramos en un momento de ausencia de institucionalidad democrática, al punto de que el defensor del Pueblo, Alfredo Ruiz, niega la crisis migratoria humanitaria. El Gobierno ahora solo genera políticas para las personas que le son fieles ideológicamente, que se calcula entre un 15% y un 25%. La discriminación se ha transformado en una política de Estado. Eso, además, ha catalizado la situación de pobreza en Venezuela.

Otras actividades

► Provea también organiza el festival "" para este sábado 14 y el "" para el domingo 15. Puede encontrar más información en Facebook. 

—¿A qué nivel?
Actualmente hay 16 millones de personas en situación de pobreza, según cifras oficiales que son las más cautas. Es decir, la gran bandera del gobierno bolivariano de acabar con la pobreza no solo no se cumplió, sino que ahora hay más pobres en Venezuela que cuando llegó Chávez. Además, han aumentado los índices de malnutrición, subnutrición y desnutrición. En zonas como el estado de Bolívar fallece un niño al día por desnutrición. El año pasado 26 personas murieron por comer yuca amarga, una variante tóxica, porque están desesperados por comer lo que sea.

—Cuéntame más sobre la trayectoria de Provea.
Este año cumpliremos 30 años. Nos dedicamos a la defensa de derechos económicos, sociales y culturales, pero también hemos llevado casos de tortura. Casos que se han llevado a la CIDH. Provea tiene un alto perfil, así que puede hablarle al Gobierno en sus términos; además tenemos la historia de visitar a Hugo Chávez cuando estaba preso para verificar sus condiciones, a pesar de que ahora no lo podamos hacer con los presos políticos y Nicolás Maduro fue atendido por Provea en 1993 cuando era hostigado por su actividad cuando era conductor de buses en Caracas. Él era acusado porque era un agitador y Provea llevó su caso, de hecho todavía tenemos el mueble donde él se sentó y donde hoy se sientan las víctimas de su gobierno.

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Ficha del personaje

Rafael Uzcátegui
Coordinador general de Provea
Nací en Mérida hace 44 años, pero desde 1994 vivo en Caracas. Estudié Sociología en la Universidad Central de Venezuela. Estoy casado con Lexys Rendon. Trabajo en el Programa Venezolano de Educación Acción en DD.HH. (Provea) desde el 2006.

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