(Ilustración: Giovanni Tazza).
(Ilustración: Giovanni Tazza).
Martín  Tanaka

Falta apenas un año para la celebración de nuestro bicentenario y en los meses, y acaso años, que vendrán nuestra realidad estará marcada por los devastadores efectos del COVID-19. La atención a las urgencias de salud y económicas serán sin duda prioritarias. En ese sentido, ¿hay espacio para plantear la discusión sobre el bicentenario? La respuesta es sí, en tanto ella implique un debate honesto sobre lo que somos como país, lo que hemos sido, y lo que queremos ser.