El nombre completo de Borges es Jorge Francisco Isidoro Luis Borges. El nombre completo de Vargas Llosa es Jorge Mario Pedro Vargas Llosa.
Manuel González Prada se llamaba en realidad José Manuel de los Reyes González de Prada y Ulloa.
Y para nombrar por lo largo –y bien– al escritor español Camilo José Cela, es necesario que digamos Camilo José Manuel Juan Ramón Francisco de Jerónimo Cela.
Sépase, además, que el nombre completo de Bolívar era Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar.
Una acumulación mayor de nombres se echa de ver en el caso del compositor mexicano Agustín Lara, pues efectivamente se llamaba Ángel Agustín María Carlos Fausto Alfonso del Sagrado Corazón Lara y Aguirre del Pino.
Larguísimo era también el nombre completo de Picasso: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Crispiniano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso.
La costumbre de acumular nombres tiene origen mágico-religioso. En efecto, de antiguo se ha creído que cuanto mayor sea el número de nombres que uno tenga, tanto mayor será la protección que a uno le dispensen los dioses, vírgenes, santos, espíritus, encantamientos, misterios y demás realidades espirituales o fantásticas a que esos nombres se refieran.
Claro que con el tiempo esto se va desvirtuando y en consecuencia muchos de los nombres que se asignan no tienen denotación mágico-religiosa. Ejemplos de esa desvirtuación –y me refiero al nombre completo de Picasso– son los nombres Pablo y Francisco. Pablo procede tal vez del latín paulus, pequeño, y Francisco, del latín francus, exento y privilegiado, esto es, franco, puesto que los francos eran los dominadores de la Galia y estaban exentos de tributos.
Por otra parte, Juan Nepomuceno es el nombre de un santo; María, el de la Virgen, y María de los Remedios es advocación mariana o denominación complementaria que se aplica al nombre de una persona divina o santa (la Virgen María, en este caso) y que se refiere a determinado misterio, virtud o atributo suyo. Crispiniano es el nombre de un santo; a él y a su hermano Crispín se les considera patrones de los zapateros; y finalmente Santísima Trinidad es el nombre de un misterio inefable de la religión católica.