El Regatas, los jóvenes y la guerra, por Roxanne Cheesman
El Regatas, los jóvenes y la guerra, por Roxanne Cheesman
Redacción EC

La resistencia de la población civil de Lima a la invasión chilena es el acto colectivo más heroico de su historia. En “El pasado limeño”, Ismael Portal relata una anécdota que ilustra el drama: el 4 de noviembre de 1877 nueve jóvenes del club Lima almorzaban en el hotel de la Exposición y acordaron encontrarse en el mismo lugar 50 años después. Llegada la fecha solo dos habían sobrevivido a la guerra.

El club Lima fue fundado en 1875 por cinco jóvenes que veraneaban en Chorrillos. Su primer local fue un salón alquilado en el hotel Terry, “un edificio flotante al estilo de las villas de Venecia” (El Comercio,1870) construido por Mateo Terry en una concesión de 500 varas de mar y tierra, en lo que es hoy la playa 1 del club Regatas.

Chorrillos era el balneario de moda y como hoy en Asia los limeños acomodados se instalaban en ranchos y hoteles en los meses de verano. Durante todo el año acudían a sus famosas casas de juego para partidas de rocambor y billar. Desde 1858 llegaban en el ferrocarril que recorría 15 kilómetros, desde la plaza San Martín, en el Centro de Lima. Ninguno de los felices pasajeros limeños podía imaginar que ese mismo tren los llevaría pocos años después asustados, pero valientes, vestidos de improvisados soldados, a enfrentar a tropas chilenas que invadirían Lima en 1881.

Aparte de los baños, la timba y las fiestas, las competencias entre equipos de remo animaban la vida del balneario. Así, los 5 jóvenes mencionados crearon su propio club para enfrentar al veterano club Chorrillos. Los nuevos socios prestaron sus botes mientras llegaban las nuevas embarcaciones de Europa. Tras perder en las regatas de 1876 y 1877, el Lima finalmente venció al Chorrillos en 1878. En 1879 la despreocupada juventud se detuvo. 

Cuenta José Gálvez en “Nuestra pequeña historia” (1930) que 70 de los 109 socios se enrolaron en el Ejército y la Marina. En 1881 el club hizo un recuento de sus caídos: en Tacna, San Juan de Miraflores y Chorrillos murieron Ernesto Plascencia, Hernando de Lavalle, Alberto del Campo y Felipe Valle Riestra. En las trincheras de Miraflores, Manuel Dañino, Melecio Casós y Gaspar Petrone. En Chorrillos fue fusilado Carlos Gonzales. En Tacna fue herido José A. Barrenechea; en Tarapacá, Alonso Pezet; y en el Huáscar, Domingo Valle Riestra, el más joven, “casi un niño”, según el documento.

Luego de que las tropas chilenas incendiaran con maldad y envidia Chorrillos, las pertenencias del club Lima fueron confiscadas; y sus botes, llevados al buque de guerra chileno Tolten. El hotel Terry se salvó inicialmente del fuego porque era usado por el invasor como almacén de armas y objetos saqueados, pero en febrero de 1881 Ángel Camacho, un trabajador del club apodado ‘Víbora’ por su agudeza, atacó el hotel ocupado, haciendo explotar una carga de dinamita que destruyó el edificio. El enemigo no pudo atraparlo.

El Regatas Lima se disolvió en 1882, y en 1894 los 53 socios sobrevivientes acordaron refundarlo. No hubieran podido imaginar que 120 años después el club continuaría en el mismo lugar, como un homenaje a sus héroes fundadores.