Parece mentira que a estas alturas del siglo XX siga existiendo el bandolerismo en Piura. Roban sin ningún problema en los caminos y, no pocas veces, penetran rápidamente en pueblos pequeños y llevan a cabo sus rapiñas. No se trata de gente desconocida. Incluso las autoridades conocen a los cabecillas por su nombre o apodo. Ahora utilizan armas que, según dicen, roban al ejército. Hace falta una acción enérgica del prefecto para poder acabar de una vez por todas con esta lacra que nada tiene de romántica y que solo subsiste en pocos lugares de nuestro país. H.L.M.
Contenido sugerido
Contenido GEC