Dunas, arrecifes, islotes y peñascos rodean el litoral costeño de Huarmey, provincia del departamento de Áncash, que se encuentra a la altura del kilómetro 293 de la Panamericana Norte. Allí, un rosario de playas es refugio de una generosa biodiversidad, un remanso de quietud y una suculenta tradición gastronómica.
El trayecto costeño se despliega en casi 60 kilómetros de extensión y alrededor de 30 playas, la mayoría de ellas vírgenes. Solo el rumor del mar y el revoloteo de las aves irrumpen su silencio. Aguas mansas para nadar, abruptos despeñaderos, arrecifes para bucear, olas tubulares, guaridas de pingüinos, aposentos de lobos marinos, islotes colmados de aves. Esta parte de la geografía de Huarmey ofrece posibilidades para todos los gustos.
“Actualmente el Estado solo tiene 22 islas, 11 puntas guaneras y cuatro áreas naturales protegidas en zona marina costera, lo cual representa solo el 7% de litoral”, manifiesta Rodrigo López, ingeniero pesquero y fundador de la ONG Geo Viva, que trabaja en la protección de las playas en el distrito de Culebras, perteneciente a la provincia de Huarmey. ¿Está este paraíso marino protegido por el Estado? Aún no, pero hay quienes ya advirtieron sobre el peligro de la pesca indiscriminada y nadan a contracorriente.
Entérese más sobre las iniciativas a favor de la protección de estos parajes marinos este sábado en Somos.
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— Revista Somos (@SomosElComercio) 2 de diciembre de 2016
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