La Victoria: sobrevivir en El Pino y San Cosme
La Victoria: sobrevivir en El Pino y San Cosme
Pierina Chicoma Castro

La zona 21 es la parte más alta del cerro El Pino (La Victoria), uno de los lugares más temidos de Lima. Vivir aquí es difícil, no solo porque subir la cuesta caminando toma entre 10 y 15 minutos, sino porque, siendo un barrio pequeño (poco más de 15 hectáreas), el nivel de violencia e inseguridad es alto.

Desde la cumbre de El Pino se aprecia el mercado de frutas, los distritos de El Agustino, San Luis y San Borja. “De noche se ve más bonito porque las luces se encienden”, nos dice Julio, un vecino de este barrio.

Es mediodía y la tranquilidad parece inquebrantable. Alrededor hay una mezcla de sonidos musicales: reggaetón y huaino. El primer género sale de los parlantes de unos mototaxis donde varios jóvenes conversan y beben cerveza. El segundo llega desde las casas.

El otro problema que afronta este barrio es el prejuicio. Julio, de 21 años, cuenta que al momento de buscar trabajo debe mentir cuando le preguntan dónde vive, o no conseguiría empleo.

La calma dura poco tiempo. De pronto, tres policías en motos suben a toda velocidad. Rastrillan sus armas. Están listos para disparar si los ladrones a los que persiguen abren fuego.

Se trata de dos muchachos armados que le robaron el celular a una mujer que hacía sus compras en las faldas de este cerro, en el mercado de frutas.
Algunos vecinos se esconden en sus casas, otros curiosos intentan ver de cerca la persecución. Son agentes de los Halcones Centro los que han acudido en auxilio de la víctima. Bajan sigilosamente por las estrechas callejuelas que forman El Pino. Los hampones conocen cada laberinto como la palma de su mano y se han perdido.

—San Cosme—

Solo tres cuadras separan el cerro San Cosme de El Pino. Durante el recorrido, los letreros coloridos que anuncian los próximos conciertos de Los Ecos y Chacalón Junior saltan a la vista.

San Cosme fue la primera movilización planificada que se asentó en este distrito, en 1946. Es considerada la primera invasión del Perú y se discute que también lo sea en Latinoamérica.

Aunque han transcurrido muchos años, sorprende que este grupo tan bien organizado que llegó con un objetivo, ahora con más de 9.000 habitantes, carezca de orden. 
Según un estudio realizado por el sociólogo Arturo Huaytalla, más de la mitad de habitantes, tanto del cerro San Cosme como de El Pino, tienen viviendas alquiladas. Esto se debería a que, por ser La Victoria una jurisdicción comercial y dada su cercanía al Centro de Lima, los moradores se ubican aquí por motivos de trabajo. “Les queda más cerca el mercado de frutas, Gamarra, Parque del Migrante (antes Parada), etc.”, indica Huaytalla.

El experto infiere que el habitante no se identifica con el lugar porque solo le sirve para descansar. “Por eso cuando ocurre algo, no se quejan, no protestan”, explica.

Pese a ello, los pobladores de San Cosme y El Pino dicen que el principal problema de sus barrios es la inseguridad (43,9% y 52,5%, respectivamente). Le siguen las drogas (37,4% y 43,8%).

No obstante, en San Cosme y en El Pino existen grupos de vecinos que, junto a la policía de las comisarías del sector, hacen rondas una vez por semana, denuncian actos delictivos y tratan de conversar con los habitantes para una mejor relación.

“No todos los lugares de estos dos barrios son inseguros”, dicen los vecinos de ambos cerros. Muchos de sus fundadores y habitantes luchan para que la imagen que tienen y la sensación de temor que generan se reviertan. Julio –mencionado al principio de esta nota– vive en El Pino hace 21 años, está en el último año de Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ya tiene su tesis armada con la problemática de su barrio.

“Hay mucha gente rescatable que, lamentablemente, no tiene oportunidad por los prejuicios de la zona”, concluye el comisario de San Cosme.

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LA INVESTIGACIÓN

Los dos barrios de la victoria

“Cuando los cerros bajan. Estudio de la violencia delictual en dos barrios limeños: los cerros San Cosme y El Pino” es el libro que acaba de publicar Arturo Huaytalla, sociólogo del área de Seguridad Ciudadana del Instituto de Defensa Legal (IDL).

Tras dos años de investigación y trabajo de campo en estos dos barrios, el experto llega a interesantes conclusiones. Una de ellas es que en San Cosme se ha producido un control social del crimen organizado que domina el barrio, mientras que El Pino muestra una violencia delictual desordenada y sin control.

Para él, es importante la presencia de policías, el trabajo que realizan y la percepción de seguridad que generan, pero lo más transcendental –según indica– es la confianza que construyen las autoridades con los vecinos de estas zonas.

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