Everardo Zapata Santillana nació en 1926 en Valle del Tambo, provincia de Islay, departamento de Arequipa.
Everardo Zapata Santillana nació en 1926 en Valle del Tambo, provincia de Islay, departamento de Arequipa.
/ JULIO ANGULO DELGADO
Oscar García

A sus respetables años, a Everardo Zapata no le gusta depender de nadie. Su salud es bastante fuerte, dice, aunque hace unos años se cayó y estuvo mal, con una mano lastimada y un dolor en las costillas que no le permitía dar la vuelta en la cama. Aun así, él se manda solo: va por la calle de impecable terno y lleva consigo un bastón, con el que llama a un taxi y pide que lo lleven a la mejor pollería de su Arequipa natal.

Ya en el auto, Zapata es ametrallado por preguntas por el periodista, ante la curiosidad del chofer que lo mira por el retrovisor tratando de descifrar quién es. Zapata lo nota, hace una pausa y se dirige al él: “¿Ud. con qué libro aprendió a leer?”. La respuesta es instantánea: “¡Con Coquito!”, dice, como si le hubieran preguntado la cosa más obvia del mundo. Entonces lo entiende. Don Everardo sonríe mientras el del volante abre los ojos, se abruma, balbucea, le extiende la mano y le dice gracias.

Como el taxista, más de 38 millones de niños aprendieron a leer gracias al Coquito, método que Zapata Santillana concibió en 1955, cuando era director y profesor de primaria en un colegio pequeño en Punta de Bombón, en Mollendo (Arequipa). En el gobierno de Bustamante y Rivero se había dado un decreto para que se crearan mil escuelas al año. "Una de esas la fundé yo, con 24 años. La meta era acabar con el analfabetismo, que en esa época era del 72%. Una barbaridad”, recuerda Zapata. “A los anteriores gobiernos no les interesaba que los pobres aprendan a leer. Decían, ‘ellos que se queden así’, que ‘cholo bruto es cholo barato’. Yo me opuse a eso”.

Un método nuevo para aprender a leer

Fundar aquel colegio y convertirse en profesor de primer grado lo puso en la complicada tarea de idear un método para aprender a leer de forma sencilla, una tarea que ya había despertado su interés cuando era alumno de la Escuela Normal San Juan Bautista de La Salle, ahí en la Ciudad Blanca. “Esa frase de la letra con sangre entra viene de los métodos antiguos, en donde a los niños los obligaban a memorizar todo el abecedario y, como es algo muy difícil, les pegaban. Pensaba que debía haber una forma más sencilla”.

EVERARDO ZAPATA SANTILLANA AUTOR DEL LIBRO COQUITO. NACIO EN 1926 EN EL VALLE DE TAMBO, PROVINCIA DE ISLAY, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA. 
REPRODUCCION. EN LA FOTO APARECE EN UN RETRATO 1957.
EVERARDO ZAPATA SANTILLANA AUTOR DEL LIBRO COQUITO. NACIO EN 1926 EN EL VALLE DE TAMBO, PROVINCIA DE ISLAY, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA. REPRODUCCION. EN LA FOTO APARECE EN UN RETRATO 1957.
/ JULIO ANGULO DELGADO

El método que ideó iba de lo fácil (las vocales) a lo complejo y partía siempre de una imagen, por ejemplo, un sapo, que era comentada en clase. Se les enseñaba luego la palabra SAPO y cómo esta se descomponía en dos sílabas. Con estas, los niños podían jugar y hacer otras palabras. Al final de la clase, se aprendían las oraciones.

Con ayuda de dos dibujantes, su obra quedó terminada en 1955. Luego vino la tarea de buscar un editor. Zapata confiaba en su libro, pero los editores no. “Me decían que cómo un profesor de primaria va a escribir un método para enseñar a leer, que eso era trabajo para catedráticos o para los curas. Pero yo les decía que nosotros éramos los más capacitados para esa tarea, porque los curas creen que los niños son adultos en miniatura; nosotros sabemos cómo son los chicos, jugamos con ellos en el recreo, ahí nos hacemos niños de nuevo y sabemos cómo piensan”.

EVERARDO ZAPATA SANTILLANA AUTOR DEL LIBRO COQUITO. NACIO EN 1926 EN EL VALLE DE TAMBO, PROVINCIA DE ISLAY, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA. 
REPRODUCCION. EN LA FOTO APARECE CON SUS ALUMNOS DE LA ESCUELA NUMERO 937 EN PUNTA DE BOMBON DEL AÑO 1953
EVERARDO ZAPATA SANTILLANA AUTOR DEL LIBRO COQUITO. NACIO EN 1926 EN EL VALLE DE TAMBO, PROVINCIA DE ISLAY, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA. REPRODUCCION. EN LA FOTO APARECE CON SUS ALUMNOS DE LA ESCUELA NUMERO 937 EN PUNTA DE BOMBON DEL AÑO 1953
/ JULIO ANGULO DELGADO

Cuando consiguió un editor en su ciudad, este puso un primer reparo. Zapata quería ponerle Amanecer a su libro, pero se le dijo que era poco comercial, que mejor le pusiera nombre de niño. “Esa noche dormí y soñé que tenía un hijo llamado Coquito. En esa época era soltero y no pensaba en ser papá, pero me hizo gracia tener ese sueño”. Cuando despertó, tomó lo ocurrido como una señal y habló con su editor. El primer tiraje de Coquito fue de 5 mil ejemplares, que se vendieron rápidamente. “Les mandamos hojas del libro a los colegios y al poco tiempo teníamos pedidos de Huancavelica, de Cusco y de otras partes”.

Cuando el libro llegó a Lima, en los años sesenta, ya era un boom en el interior del país. El año 1970, Zapata vendía 200.000 mil ejemplares al año. Y en 1981 alcanzó el récord de 720.000 libros, solo en el Perú, sin contar los 12 países de Latinoamérica que lo usaban para ese entonces.

/ Oscar Garcia

La evolución de Coquito

Coquito ha pasado por diversas etapas, algunas de ellas adversas. En la época de la dictadura de Gral. Juan Velasco Alvarado, el ministerio cuestionó el método y propuso uno nuevo, de carácter obligatorio, llamado Amigo, más acorde a nuevas metodologías y a la idiosincrasia nacionalista de ese gobierno. Coquito vendió menos, pero no desapareció.

Primera edición de Coquito en el sistema Braille.
Primera edición de Coquito en el sistema Braille.
/ JULIO ANGULO DELGADO

Tras la reforma educativa de Alberto Fujimori, el libro fue sacado de las listas de los colegios, para favorecer los métodos de filiación anglo-francesa, que se alejan del sistema de aprendizaje por sílabas, considerados desfasados, por un enfoque dirigido al aprendizaje total del texto, desde la primera clase. Un difícil reto al que no todos los profesores se han sabido adaptar. “Mis detractores dicen que mi método es silábico, es decir, algo ya superado, pero no es así. Está basado en palabras y en la fonética de nuestro idioma. El castellano es transparente, que se lee como se escribe, y merece su propio método, no importados”

Han pasado casi 20 años de dicha reforma y sin embargo el libro de Zapata sigue en pie, aunque sea difícil competir con los textos que el Estado regala. A más de 60 años de su creación, Coquito es hoy un complejo universo de publicaciones de todo tipo, para aprender a leer, a escribir, a dibujar, a razonar verbalmente y hasta a cantar (con CD incluido). Y pensar que todo comenzó con una cosa tan sencilla como aprenderse la frase “mi mamá me mima”.

Este artículo fue publicado en Somos el 28 de febrero del 2015

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