Bruno Ortiz Bisso

En El Comercio continuamos con nuestra serie de entrevistas a personajes relevantes de la . El extracto presentado a continuación forma parte de la segunda temporada de la serie de podcast “”, en donde buscaremos conocer lo que hay detrás de los científicos, investigadores y expertos peruanos de distintas disciplinas.

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El doctor Segundo Seclén ha dedicado gran parte de su vida a la investigación de las enfermedades endocrinas. En diálogo con El Comercio, alertó sobre el poco interés de las autoridades en atender las necesidades de los pacientes con y obesidad, sobre todo por su vulnerabilidad en la pandemia que vivimos.


— ¿Cómo evalúa el manejo de la pandemia en el Perú?

Recientemente, como todos sabemos, se ha sincerado el número de fallecidos en el Perú. Esta situación se ha manejado muy mal en el 2020. Los diagnósticos hechos con pruebas rápidas no tenían mayor utilidad para aislar a gente infectada y encontramos un sistema de salud colapsado. Actualmente, se sabe que un 60% de las patologías en la población es producida por enfermedades crónicas: enfermedad cardiovascular, , hipertensión, obesidad. En los estudios que hemos hecho con mi grupo de trabajo, encontramos que han fallecido más pacientes por no COVID-19 que por COVID-19.

“Si pusiéramos más empeño en cumplir estas normas, podríamos solucionar muchos de nuestros problemas”.


— Durante la pandemia, las cifras de muertes por enfermedades crónicas han continuado en aumento, ¿verdad?

Eso es cierto. Se está contando una mortalidad en cifras, pero no se distingue que la mitad de esa población, o quizás un poco más, ha fallecido por la falta de atención en el sistema. Ha fallecido porque no fue atendida su , su hipertensión, los infartos de miocardio, u otros problemas cardiovasculares. Realmente, este estado de estrés permanente por la enfermedad en el cual ha estado la población no ha sido atendido. Eso revela que lo que realmente se requiere es una reingeniería del sistema. Lo que hay que hacer es reforzar todo el sistema como se maneja, por ejemplo, en España: cada comunidad tiene su centro de salud y sus médicos, de manera que la gente puede atenderse de una manera inmediata. Eso es lo que ha faltado en esta epidemia.

— ¿Por qué la mayoría de las personas no considera la obesidad, la diabetes y otros males endocrinos enfermedades de cuidado?

En el Perú, en los últimos años, el porcentaje de población que ha pasado de un peso normal a un sobrepeso y obesidad ha aumentado tremendamente. Hay una encuesta que la hace el INEI [Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, Endes], que ha demostrado que, en los últimos 10 años, se ha pasado de un porcentaje que era menos de la mitad de la población con sobrepeso y obesidad a cerca del 65%. O sea, la obesidad y el sobrepeso son los desencadenantes generales de estas enfermedades crónicas, como , hipertensión, cánceres. Evidentemente, esto responde a que no existe una política alimenticia, que permita orientar a las personas a cómo alimentarse correctamente. La gran mayoría consume hasta un 80% de carbohidratos en las comidas. Actualmente, han ingresado muchas comidas rápidas, que tienen un alto contenido de calorías y carbohidratos, y por lo tanto todo ese despropósito de tener una población educada en relación con cómo alimentarse bien es lo que está produciendo las altas tasas de sobrepeso y obesidad en el país.

— Pese a que han cambiado las condiciones de la pandemia [con más personas vacunadas], ¿qué deberían esperar los pacientes con diabetes y obesidad para los siguientes años?

Lo importante es que las leyes que se dan en el país deben ser cumplidas. Existen dos leyes que deberían servir de elementos para solucionar esta situación, en condiciones de pandemia. Por un lado, la ley de protección al paciente con diabetes [28553], que se promulgó en el 2005 y que hasta ahora ni siquiera tiene un reglamento. Esa ley ordena la creación de un programa nacional de y enfermedades mórbidas, que plantea una disminución de gravamen a los medicamentos que se utilizan para tratar diabetes. Sin embargo, no es un medicamento que esté al alcance de toda la población. Por otro lado, la ley de alimentación saludable [30021] ha dado un plazo para que las industrias puedan disminuir la cantidad de azúcar, sal, harina refinada, que no se está llevando a cabo correctamente. Si pusiéramos empeño en cumplir estas normas, podríamos solucionar muchos de estos problemas.


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