En los últimos días se han registrado casos de personas que han rechazado vacunarse con dosis de Sinopharm. Lo cual, según los expertos, no solo puede ser peligroso para quien se niega a inmunizarse, sino para el resto de la población.
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Una potencial disminución del ritmo de vacunación podría ser determinante para el surgimiento de una tercera ola de la pandemia del COVID-19 en el Perú, advierte William Valdez, epidemiólogo y docente de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
El todavía bajo nivel de inmunidad total -con dos dosis de vacuna- entre la población, sumada al surgimiento de la variante Delta y al fenómeno de ‘fatiga epidémica’, crearía un escenario propicio para el rápido crecimiento de contagios, afirma William Valdez.
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“Hasta el momento se tiene una cobertura de vacuna completa -dos dosis- superior al 62% entre la población priorizada; es decir, solo aproximadamente 3.6 millones de peruanos están protegidos. Es necesario explicar los beneficios de la vacunación y, sobre todo, de recibir las dos dosis. No basta que personajes públicos lo digan; se debe trabajar con líderes de comunidades para que transmitan esa confianza y, a la vez, hacer una evaluación de grupos focales para entender mejor la percepción de la población sobre las vacunas”, remarcó el experto.
En un informe previo, El Comercio recogió la opinión del subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, quien se pronunció en el mismo sentido: “[Si no se aplica la vacuna que está disponible], la persona va a quedar sin la protección necesaria, y no sabemos cuándo va a tener la oportunidad de tener acceso a otra; [el riesgo es que] puede adquirir la enfermedad, tener una forma grave y morir”.
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De acuerdo a la experiencia registrada en países europeos, es común que conforme vaya avanzando el proceso de vacunación, el descuido y el relajo de la población también se incremente. Este fenómeno es conocido como la ‘fatiga epidémica’. Dicha flexibilización de los cuidados y la aparición de la variante Delta del virus se convirtieron, durante los últimos meses, en el caldo de cultivo para un nuevo aumento en los casos registrados de coronavirus. Esto fue lo que sucedió en Europa.
“Es importante continuar vacunando rápidamente y haciendo que la población en riesgo esté completamente inmunizada, pero también insistir en medidas como el distanciamiento social, el uso de mascarilla, evitar aglomeraciones, mantener los protocolos de prevención y optimizar el testeo de casos; una debilidad que tuvimos en las dos primeras olas”, afirma Valdez.
Durante las últimas semanas, se ha conocido que un importante sector de la población con una primera dosis no asistieron a ponerse una segunda vacuna, e incluso ciertos casos de rechazo a dosis de determinado laboratorio. Por ello, el especialista advierte que resultará clave que el sistema de salud sea capaz de contener oportunamente el inicio de la tercera ola y no esperar a estar en el pico de esta para actuar.
“De surgir una tercera ola, esperamos que sea principalmente con casos leves a moderados y con baja mortalidad. Sin embargo, todavía nuestra población en riesgo no está completamente vacunada. Se debe realizar una búsqueda activa de aquellas personas que faltan completar la segunda dosis y lograr así su protección ante la eventual tercera ola”, añade el epidemiólogo.
Además de la aceleración o desaceleración del ritmo de vacunación, para Valdez los factores determinantes en el surgimiento de esta tercera ola serían:
- La multiplicación de casos de la variante Delta, sobre los cuales se puede presumir que existen más de los registrados oficialmente, por su alto nivel de transmisibilidad.
- La falsa sensación de seguridad en la población por el avance de un proceso de vacunación que aún tiene baja cobertura.
- Una reactivación económica sin la adecuada fiscalización del cumplimiento de medidas de bioseguridad.
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