Debate: ¿Es necesaria la Sunedu?
Debate: ¿Es necesaria la Sunedu?

A FAVOR

Supervisando el futuro

- Ana Luisa Alfaro -

Directora de Fiscalización y Sanción de la  Sunedu

Con la reciente publicación del Reglamento de Infracciones y Sanciones de la (RIS), se proporcionó a la superintendencia de una herramienta para exigir a las universidades el cumplimiento de la Ley Universitaria y las normas complementarias que en ejercicio de sus facultades emita. Esto mediante la imposición de sanciones y otras acciones administrativas, como las medidas preventivas, correctivas y cautelares.

La finalidad del RIS es desincentivar el incumplimiento de las disposiciones de la y sus normas complementarias. Es decir, toda conducta que pretenda vulnerar la calidad y el buen funcionamiento de las universidades del país. Su aplicación, entonces, forjará el camino para que las instituciones de educación superior, públicas y privadas, eleven su calidad educativa, administrativa e institucional. Esto en beneficio de casi un millón de estudiantes, garantizando, ante todo, el respeto a la autonomía universitaria. 

Se debe desmitificar que las sanciones solo cumplen un fin punitivo, toda vez que la finalidad de las mismas debe ser el restablecimiento del orden jurídico, en beneficio de la calidad del servicio educativo. Por ello, el RIS faculta a la Sunedu a que, cuando se detecte que la universidad revirtió la conducta infractora, se pueda evitar el inicio de un procedimiento sancionador siempre y cuando cumplan con los requisitos exigidos por la norma. 

Como cualquier construcción, sabemos que el establecimiento de los cimientos de la reforma educativa universitaria demandará un trabajo laborioso, arduo y generará inevitablemente, además de múltiples beneficios, una cantidad proporcional de detractores. No obstante, es importante recordar que la puesta en marcha de la Ley Universitaria, el trabajo de la Sunedu y la aplicación del RIS permitirá, entre otras cosas, que no existan casos de emisión de grados académicos sin requisitos básicos, pagos o remuneraciones irregulares a los miembros de los órganos de gobierno e infraestructura inadecuada para la prestación del servicio educativo, problemas que reducen la posibilidad de inserción laboral de los egresados. 

La Sunedu busca proteger el derecho de todos los jóvenes peruanos a acceder a una educación superior de calidad, con una supervisión constante. Esta entidad, en uso de sus facultades y herramientas legales, tiene el encargo de orientar sus acciones a la mejora de la calidad educativa de los futuros profesionales del país. 

El RIS no solo busca el fortalecimiento de las facultades de supervisión, fiscalización y sanción de la Sunedu, sino también incentivar el cumplimiento de lo establecido en la Ley Universitaria, beneficiando a los estudiantes con la prestación de un servicio educativo de calidad y competitivo en el ámbito internacional.

Actualmente, más del 80% de las universidades se encuentra en camino a la adecuación a la nueva Ley Universitaria, lo cual es sumamente positivo. Además, es un indicativo que nos permite conocer que comparten la misma voluntad de mejorar la calidad universitaria en nuestro país y nos motiva a continuar con la reforma educativa emprendida. Sabemos que este proceso nos permitirá asegurar el futuro del país a través de una mejor educación para los estudiantes.

EN CONTRA

El caballo de Troya

- Ada Gallegos Ruiz-Cornejo -

Directora ejecutiva de la Asociación de Universidades del Perú (ASUP)

La nueva Ley Universitaria nos deja una gran lección: los votos por mayoría en el Congreso de la República son insuficientes para legitimar las políticas públicas. El debate y la búsqueda de consensos entre todos los actores hoy es un imperativo, de lo contrario cualquier reforma corre el riesgo de nacer con un reloj de arena que coincide con el período del gobierno que lo impulsa.

Esto se hace más complejo cuando, amparados en la , se da vida a un organismo omnipotente llamado Sunedu, que –lejos de orientarse por la calidad educativa– parece ser la dependencia fiscal de Ministerio de Educación y amenaza con prisión preventiva a quienes cuestionen su accionar. Esta entidad puede cesar autoridades universitarias aun con mandatos vigentes y digitar a los nuevos rectores interinos ante conflictos generados por sus propias disposiciones arbitrarias, como el cese de autoridades al 31 de diciembre del 2015. 

El artículo 15 de la Ley Universitaria otorga a la superpoderosa Sunedu una serie de facultades. Cuando el presentó a la Comisión de Educación del Congreso la propuesta de creación de la Sunedu, ¿habrá calculado cuántos programas de estudio evaluarán en todo el país y cuánto personal altamente especializado necesitaría para cumplir sola estas funciones?

Con la nueva norma, la Sunedu tenía ya un exceso de atribuciones. No obstante, poco antes de la Navidad, fue aprobado el Reglamento de Infracciones y Sanciones (RIS) de esta entidad. Con ello ahora la convierte en la todopoderosa Sunedu, con más poderes que el propio presidente de la República y el Poder Judicial. Introduce en el artículo 6 la figura de “medidas preventivas”, las cuales no han sido reguladas expresamente por la Ley Universitaria. Por eso, este reglamento pretende otorgar al Consejo Directivo de la Sunedu la facultad para decretar el cese de actividades, sin el inicio de un procedimiento sancionador, ni cumplir con el debido proceso para suspender una serie de actividades universitarias. 

Por ello, lo que se tenía como sospecha, ahora es una realidad. La autonomía de las universidades consagrada en la Constitución, protegidas por la libertad de pensamiento, independiente de cualquier poder político de turno, ya no lo es más. Ahora está siendo abiertamente violentada provocando conflicto y divisionismo en las universidades. Los grandes olvidados una vez más son nuestros estudiantes con la ansiada calidad de la educación por el fracaso de esta nueva ley.

Diversas opiniones de destacados constitucionalistas advertían acerca del inminente riesgo a la violación de la autonomía universitaria. La realidad hoy les da la razón. Así, confirma el voto principista de los magistrados José Luis Sardón y Ernesto Blume.

Por esta razón, con gran olfato político, casi todos los candidatos a la presidencia se han manifestado respecto a la existencia de la Sunedu. Sin duda, el próximo gobierno deberá hacer realidad la ansiada reforma universitaria que hasta hoy es solo un sueño. Tendrá que revisar, en primer lugar, el impacto e inventario de daños y perjuicios en las universidades, ocasionados por la todopoderosa Sunedu, que, como una versión moderna del caballo de Troya, habrá consumado la vulneración de la autonomía universitaria y con ello la libertad de pensamiento.