Ornamentos del Señor de Sipán son admirados en museo de EE.UU. (Foto archivo: El Comercio)
Ornamentos del Señor de Sipán son admirados en museo de EE.UU. (Foto archivo: El Comercio)
Walter Alva

Hace unos días se inauguró, en el Museo Nacional de la India, la singular exposición “Peru’s Fabulous Treasures”, organizada por la Embajada del Perú y la dirección de este prestigioso museo que conserva y exhibe los más preciados tesoros culturales de este país milenario.

A través de paneles fotográficos, textos en hindi e inglés, réplicas de cerámica, videos, reproducciones de los principales ornamentos de Sipán y algunas piezas originales que este museo conserva desde hace décadas, se expone ante la comunidad india el desarrollo de nuestras culturas primigenias, desde Caral hasta los incas. Dicha muestra se complementa con la presentación de expresiones artísticas de nuestro mestizaje cultural, como una serie de reproducciones del arte colonial –principalmente la pintura de la escuela cusqueña– que exhiben a los conocidos arcángeles y otras imágenes religiosas. Y para finalizar, el recorrido temático concluye con una muestra de los aspectos etnográficos de nuestro país, en la que cada región se hace presente con sus vestimentas típicas y costumbres. Tratándose de la primera exposición arqueológico-histórica realizada por un país latinoamericano en el lejano oriente, este evento es un verdadero acierto de nuestra embajada –conducida por Jorge Castañeda Méndez y su equipo– que marca un gran paso para mejorar nuestras relaciones culturales y económicas con este emergente país, que ha mostrado un notable incremento comercial con el Perú en los últimos años, siendo el segundo de los países asiáticos con el que más bienes intercambiamos, después de China.

Cabe recordar que el Museo Nacional de la India es una de las instituciones académicas más prestigiosas de Asia. Sus fondos museográficos acogen alrededor de 200.000 obras y sus pasillos reciben un promedio de 2.000 visitantes cada día. Recorrerlo significa apreciar las expresiones de arte más importantes desde la milenaria cultura Harappa hasta el colonialismo británico.

La exposición sobre el Perú ha despertado gran expectativa en el país asiático. Se trata del encuentro entre dos de los seis grandes focos de civilización del mundo antiguo, que nacieron, respectivamente, con la arquitectura ceremonial de Caral (hace 5.000 años) y con los primeros asentamientos urbanos de Mohenjo-Daro y Harappa Punyab (hace 6.000 años). Además de esta privilegiada calificación, compartimos con la India la naturaleza de ser una nación conformada por múltiples grupos étnicos y pueblos que recibieron y trasmitieron el aporte de casi todas las culturas y tendencias filosóficas ancestrales. La tradicional religiosidad india, con su diverso panteón de divinidades representada en seres míticos formidables o antropozoomorfos, por ejemplo, se inició en los albores de la civilización Harappa, y evolucionó hasta convertirse en el hinduismo. Caso bastante similar a la consolidación de la civilización andina con Chavín y sus divinidades. En esta correlación no podemos dejar de señalar que el Taj Mahal y Machu Picchu representan los puntos más altos de la arquitectura monumental en sus respectivos continentes, razón que les valió a ambas para ser incluidas entre las siete maravillas del mundo moderno.

El respeto a los ancestros, a la vida, a la naturaleza y a los diversos cultos nos recuerdan también los valores que mantuvieron los diversos pueblos originarios de nuestra América. Además, es impresionante el sentido de identidad en la India; la persistencia en sus cultos y tradiciones constituye su fortaleza espiritual.

La presentación del Perú en la India enseña que con pocos recursos e iniciativa se puede organizar una objetiva y didáctica muestra de nuestra herencia cultural. Queda sugerir que el Estado Peruano organice una completa exposición itinerante que recorra el mundo con lo más representativo de nuestro patrimonio. Necesitamos proyectar una imagen auténtica y positiva de nuestra patria.