Una mujer viaja en una de las unidades del metro de Lima, durante la cuarentena. (Foto referencial: César Campos)
Una mujer viaja en una de las unidades del metro de Lima, durante la cuarentena. (Foto referencial: César Campos)
Daniela Meneses

“El tema con las pandemias, o con cualquier crisis, es que tienden a hacer que la gente piense: ‘Por el amor de Dios, no tenemos tiempo para toda esta cosa del género, ¿no sabes que hay una guerra?’”. Las palabras son de la periodista Caroline Criado Perez, que en su libro “La mujer invisible” retrata las consecuencias negativas que tuvo para el manejo del ébola y la gripe H1N1 el que no se tuviera suficientemente en cuenta el impacto diferenciado de las epidemias para mujeres y hombres. Las comparto porque, como ella, yo también sé que muchos pensarán que no es momento para hablar de género. Y porque, como ella, creo que hay razones que demuestran que están equivocados.

Muchas instituciones –incluyendo el Ministerio de la Mujer– vienen alertando que en tiempos de crisis y cuarentena se agudiza la violencia contra mujeres y niños. De hecho, organismos de la ONU han dado cuenta de reportes de algunas comunidades impactadas por el que reflejan esta tendencia. Además, han resaltado que la atención a víctimas de violencia –desde en hospitales hasta en el acceso a la justicia– puede verse afectada ante sobrecargas de los servicios estatales causadas por el virus.

Otro asunto que causa preocupación es el impacto negativo que podrá tener el coronavirus en el acceso a derechos sexuales y reproductivos, como se vio en los casos del ébola y el zika. Según , el uso de los recursos de salud para lidiar con la pandemia arriesga afectar, por ejemplo, la atención pre y posnatal y el acceso a métodos anticonceptivos y productos menstruales. Aspectos que, de acuerdo al UNFPA, “son centrales para la salud de las mujeres, su empoderamiento y el desarrollo sostenible”.

En términos económicos, ONU Mujeres ha advertido que “la evidencia apunta que los impactos económicos del COVID-19 afectarán más duramente a las mujeres, en tanto que más mujeres tienen trabajos de poca paga, inseguros e informales”. La división latinoamericana de esa institución ha informado que las cuarentenas afectan mucho a sectores “altamente generadores del empleo femenino como el turismo o el comercio”. Al tema económico hay que agregarle el asunto del cuidado. En un contexto en el que los colegios están cerrando y muchas familias tienen o tendrán miembros enfermos, podemos esperar que el rol de cuidadores caiga predominantemente en las mujeres.

Cuando sumamos, entonces, que las mujeres tienen trabajos menos seguros (y que existe una brecha de género en los salarios) y que tienen más labores de cuidado, aparece un tercer elemento: los empleos de las mujeres están en mayor riesgo de ser sacrificados en esta crisis. Clare Wenham, profesora en London School of Economics, que en este tipo de decisiones de pareja sobre quién tendrá más roles de cuidado “no se trata solamente de las normas sociales de las mujeres que se encargan de los roles de cuidado. También es sobre la practicidad. ¿Quién gana menos? ¿Quién tiene la flexibilidad?”.

Por otro lado, se calcula que siete de cada 10 trabajadores del sector salud son mujeres. Como ha alertado ONU Mujeres Latinoamérica, las mujeres, “como primeras respondientes, trabajadoras y profesionales sanitarias, voluntarias comunitarias y cuidadoras […], están en la primera línea de la respuesta y asumen mayores costos físicos y emocionales, así como un mayor riesgo de infección en la respuesta a la crisis”. Por su parte, , la especialista en epidemiología Celine Gounder ha resaltado que el personal de enfermería –predominantemente femenino– tiene mayores niveles de exposición que los doctores, porque están más involucrados en el cuidado íntimo de los pacientes.

Finalmente, los datos existentes hasta ahora indican que hay una mayor proporción de hombres que fallecen. Como alerta de la semana pasada, una hipótesis para explicar estas cifras es que en China e Italia los hombres fuman más que las mujeres. Otra explicación tentativa apunta a que las mujeres suelen tener sistemas inmunes más fuertes. Sea como sea, dicen los autores, no sabemos aún si esta proporción se mantendrá conforme aumenten los casos y tengamos más información.

He querido dar aquí un mapa muy general de algunos de los impactos diferenciados del coronavirus en todo el mundo. Por supuesto, es clave tener información desagregada para seguir atendiendo la crisis. Y también necesitaremos tener información detallada sobre cada uno de estos componentes para los distintos lugares y las distintas poblaciones del Perú. A estar atentos.

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