“Este libro no sirve. Hay que destruirlo”. Palabras de sobre su novela “En agosto nos vemos”, que se ha puesto a la venta el día 6 de marzo en todas las librerías a nivel mundial.

Las obras póstumas de artistas vienen, en ciertos casos, con una controversia por detrás. Se empiezan a crear dudas sobre la pretensión de este tipo de lanzamientos. El artista sabe poner el punto final a sus obras. Por esto mismo, la publicación de esta novela inédita nos pone en duda sobre si esto es algo que ‘Gabo’ hubiera deseado o si es una impertinencia de sus hijos.

Si bien en el prólogo Rodrigo y Gonzalo se delatan ante la contrariedad y traición que realizan contra su padre, también podemos encontrar que no es la única vez que se deberían disculpar. Parece ser que sus hijos, díscolos y desobedientes del deseo paterno, no han traicionado por primera vez al padre que les tocó: también vendieron los derechos para que Netflix realice una serie adaptada de la novela “Cien años de soledad”, que Gabo, nuevamente, dejó en claro su negativa hacia esta, ya que, como él dijo: “la novela, a diferencia del cine, deja al lector un margen para la creación que le permite imaginarse a los personajes, a los ambientes y a las situaciones como ellos creen que es”.

“No siempre lo que escribe un escritor es bueno”, decía Oswaldo Reynoso. Si bien las obras póstumas nos han otorgado en ciertos casos piezas que extienden y completan un trabajo literario, como es el caso de “El proceso” de Franz Kafka, también pueden dejar una mancha, una irrupción que dañaría la hipnotizante e inalcanzable obra completa de Gabriel García Márquez. Las críticas dicen esto, incluso César Hildebrandt se animó a decir en su podcast semanal: “Este no es García Márquez, ¿quién es? En agosto nos vemos, ojalá que no”.

Sería adecuado entonces que cualquier publicación siga el mandamiento de su creador. Y, en caso se desobedezca esta norma, que esto solo se haga para ampliar el mundo que crearon, manteniendo el respeto hacia el autor sobre las ansias de los espectadores.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Joaquín Gonzalo Cárdenas Moncada es estudiante de Comunicaciones en la Universidad de Lima

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