El 4 de febrero de 1993 marcó un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo en el Perú. Diecisiete efectivos policiales, incluido el suboficial Leonardo Serrano Vílchez, mi padre, entregaron su vida combatiendo a las huestes de Sendero Luminoso. Ellos son recordados como los mártires de Huarmaca.

Mi padre y tres agentes de la ÚDEX caídos en Huarmaca (Piura) simbolizan el sacrificio silencioso. Su especialidad no era solo desactivar bombas, sino defender la paz en los momentos más oscuros del terrorismo en el Perú. Cada desactivación de explosivos era un acto de valentía que evitaba potenciales masacres.

Los mártires de Huarmaca son: Roberto Vicente Morales Rojas, Leonardo Serrano Vílchez, Edgardo Palacios Bobadilla, Benjamín (Jorge) Yarlaqué Castañeda, Elber Antonio Baca Juárez, Jorge Enrique Farfán Sánchez, Julio César Paico García, Ricardo Martín Benavides Huiman, Humberto Aguirre Silupu, Marco Antonio Mendiola Céspedes, Marcos Humberto Salazar Ipanaqué, Guillermo Hernández Ramírez, José Gilmer Guevara Dávila, José Rosendo Baldera Berna, Santos Alberto Chumpén Torres, Víctor Aladino Benavides Cruzado y José Luis Espada Ccanto. Fueron emboscados por remanentes de Sendero Luminoso en Huarmaca, Piura. Este ataque devastador no solo segó vidas valientes, sino que dejó familias rotas, huérfanos y proyectos de vida truncados.

Recordemos que, entre 1980 y el 2000, el conflicto interno en el Perú cobró más de 35.000 vidas. Sendero Luminoso, encabezado por Abimael Guzmán, sembró terror y destrucción, especialmente en zonas rurales vulnerables.

El Estado ha intentado honrar estos sacrificios mediante diferentes políticas de subvención y otros. Pero lo más importante es preservar la memoria.

En febrero del 2020, los familiares de las víctimas policiales recibieron un reconocimiento público en el LUM. Este 2025 no se ha organizado ningún acto para recordar a los 17 mártires de Huarmaca. En un país que busca reconciliación, olvidar es traicionar. Cada nombre, cada historia, cada sacrificio merece ser recordado. Nuestros héroes no son estadísticas, tienen rostro, familia y dejan al país un legado de valentía.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Leonardo Serrano Zapata es estudiante de Educación Básica Alternativa en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle

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