El politólogo Eduardo Dargent es director de la maestría en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). (Foto: Nancy Chappell)
El politólogo Eduardo Dargent es director de la maestría en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). (Foto: Nancy Chappell)
Rocío la Rosa Vásquez

El politólogo y profesor de la PUCP, , considera que además de dar a conocer con claridad ante el Congreso cuál será la estrategia del gobierno frente a los conflictos sociales, el Ejecutivo debe evaluar qué dejó de hacer para llegar a esta grave situación en Apurímac contra la minera de cobre .  

— ¿Cómo califica el manejo del gobierno de Martín Vizcarra de la protesta contra la minera Las Bambas?
Es un gobierno que heredó un conflicto entre comunidades y empresa, y malas decisiones estatales previas. Por los antecedentes va a ser muy difícil una solución que sea aceptable para las comunidades a corto plazo. Requiere mucha negociación, participación de la empresa, evitar excesos por parte de las comunidades. El gobierno hasta ahora intenta ser prudente. Probablemente la evaluación tenga que ser más dura si vemos qué más se pudo hacer hace meses para evitar llegar a este punto, y allí no vale decir en un gobierno 'yo no soy parte del conflicto'.

— ¿Cree que el primer ministro Salvador del Solar minimizó el problema al decir que era entre una comunidad y una empresa?
Creo que esa mirada es insuficiente para un problema que obviamente sí es del Estado, sí es del gobierno. Al mismo tiempo él se ha encontrado con esto, probablemente fue más una declaración que buscaba centrar el problema dentro de las partes, pero obviamente en este contexto suena mal.

— El presidente Vizcarra ya tiene un año en el cargo y este problema se agudizó hace casi 60 días. ¿Han sido suficientes o no los intentos del gobierno para solucionar a tiempo el conflicto?
Es una película que hemos visto varias veces. Cuando explota el conflicto tienes una serie de problemas para llegar a una solución como la que te reclaman. No es posible una solución de mano dura, no solo porque puedes producir un desastre político sino también costos humanos. Pero además porque si esta va a ser la estrategia del Estado para llegar a los conflictos tampoco tiene el punche suficiente para hacerse el fuerte. Por otro lado es una visión simplista creer que no hay también intereses subalternos que se van a meter cuando descubres que no hay un Estado que ponga autoridad.

— Y además tenemos situaciones como la de ayer cuando una comitiva de ministros fue atacada a pedradas.
Donde evidentemente pudo haber habido una tragedia, si te cae una pedrada dentro o fuera del helicóptero, tendríamos un ministro muerto o herido.

— ¿Ha sido un desacierto más enviar esta comitiva en esas condiciones?
Un desacierto la forma en que se hizo, es una suma de problemas. ¿Cómo llegaste a eso si es que es una operación de tanto dinero, de tanta importancia estratégica para la economía nacional?. ¿Cómo llegaste a eso si tienes recursos y capacidades para haber previsto mejor la situación.

— ¿Si este problema continúa hasta el 4 de abril, el gabinete debería o no recibir la confianza del Congreso?
Me imagino que el gabinete va a intentar recalcar que ellos han heredado este problema, que no es sencillo de solucionar, y en parte el diálogo y la negociación pasa por no solucionarlo de inmediato. Si la solución inmediata es aplicar la fuerza, esto puede ser peor. Debería haber cierto respiro para el gabinete para que su evaluación no se dé por este caso, además sería un mal mensaje para negociaciones en curso. Al mismo tiempo no se puede decir que estén en cuerdas separadas.

— Como lo dijo el primer ministro...
El principal reto es precisamente cómo involucrar esto en lo que es la gestión del gobierno. Va a ser evaluado por eso. Esto puede ser la Conga, la Tía María o el Bagua de este gobierno, ojalá que no, y todo eso tiene claramente repercusiones políticas.

— ¿Es decir sí debería recibir la confianza, pero tendrían que decir claramente cuál será la estrategia a partir de ahora?
Exactamente, no son cuerdas separadas.

— El presidente Vizcarra ha sido cuestionado por dejar abierta la posibilidad de recurrir a mecanismos constitucionales si no prospera la reforma judicial en el Congreso. ¿Hace bien en deslizar esa posibilidad?
Creo que el presidente tiene que elegir muy bien sus batallas y saber comunicar por qué esos proyectos merecerían una cuestión de confianza. Si esto se lanza como un 'hay que buscar los mecanismos', no queda claro cuál es la urgencia que lleva a ese tipo de decisión. Creo que la cuestión de confianza es casi como una bala de plata que tiene que llevarse en casos donde claramente el presidente se ha comprado un pleito y considera que el Congreso está yendo más allá de un debate normal.

— En el Congreso lo han interpretado como una nueva actitud confrontacional del mandatario.
Con la cuestión de confianza se le dice al Congreso 'esta política es central para el Estado y no la estás discutiendo', pero si se trata de temas donde los proyectos pueden ser discutidos y mejorados me parece que se vería mas bien como una actitud de querer imponer algo que en verdad sí merece ser discutido.

— ¿En el tema de la reforma política, el gobierno debería plantear plazos?
Objetivo no voy a ser porque estoy casado con una de las comisionadas. Creo que eso debió pensarse desde que se hizo el encargo. Al poner una comisión a trabajar una serie de propuestas, obviamente se tiene que discutir o revisar porque no se sabía lo que había llegado, pero en lo que se ha planteado hay varios temas donde hay un amplio consenso. La estrategia política requiere precisar cuáles son los más urgentes, lo de alto consenso para combatir problemas centrales del sistema político, y en esos temas iniciar desde el Ejecutivo una discusión y presentación de las ideas para hacerlas propias.

— Y no se está haciendo.
De pronto algunos proyectos no le parecen tan urgentes, otros menos, pero la sensación que ha quedado es que eso ha llegado y se ha quedado a la vista general de la población a ver qué pasa. No hay un ministro que lo haga su tema, no hay un actor de gobierno que esté difundiendo y señalando por qué el gobierno hace suyas determinadas propuestas ante el Congreso porque van a tener efecto para las próximas elecciones. La impresión es que esto esta flotando. Es una oportunidad importante que se puede aprovechar y que el Congreso además debería estar interesado en aprovechar.