
El presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), Sergio Díaz-Granados, visitó la sede histórica de El Comercio en Jirón Lampa, como parte de distintas reuniones que realizó en el Perú durante estos días. En su agenda también tuvo reuniones con la presidenta Dina Boluarte. Este Diario conversó con Díaz-Granados, quien sostuvo que la política proteccionista de Donald Trump puede representar una oportunidad para la integración regional de América Latina y el Caribe, aunque también consideró que cualquier síntoma que pueda tener el consumo en el mercado estadounidense se podría sentir en la región.
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En estos días en Perú se reunió con el presidente del directorio de Cofide, también con la presidenta Dina Boluarte y con distintos ministros, como el de Economía, José Salardi. ¿Cuál ha sido la agenda de CAF en su visita a nuestro país y qué temas trataron?
Lo primero es acompañar los esfuerzos de crecimiento económico del Perú y la dinamización de proyectos del sector privado. Tuvimos un almuerzo con el ministro [José] Salardi, varios representantes de empresas del sector privado en Perú y con asociaciones como Confiep. Revisamos los proyectos que el sector privado tiene muy avanzados este año para el Perú y las posibilidades para generar una oportunidad de financiamiento para ellos.
Lo segundo fue ratificar el compromiso del banco con el Perú, particularmente para avanzar en el financiamiento de los programas más importantes del país en salud, educación y seguridad. Ahí hemos ofrecido a nuestros especialistas y el acompañamiento financiero del banco.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) espera un crecimiento económico del 4% para este año. Además, tiene el reto de mejorar el manejo fiscal luego de dos años de incumplimiento de la regla fiscal. Desde CAF, ¿ven una preocupación la solidez macroeconómica? ¿Es posible alcanzar un crecimiento económico de 4%?

Sobre la solidez del Perú, indiscutiblemente sobresale en la región su esfuerzo por encajar sus cuentas. Recordemos que América Latina viene de tres choques. El primero fue en el 2008 de la gran crisis financiera, en el 2015 el choque de los ‘commodities’ y luego el Covid-19. Esos golpes pasaron factura en América Latina y el Caribe, y elevaron el nivel de endeudamiento. Adicionalmente, hemos tenido ‘coletazos’ de las inflaciones que generó la expansión fiscal sin precedentes ocasionada por el Covid-19.
En comparación del resto de América Latina, destaco del Perú su recuperación en el sendero de la inflación; y las tasas de interés, tanto la nominal como la real están relativamente bajas en comparación con el resto de la región. Más las reservas del Banco Central que tienen una gran solidez, el manejo macro ha sido bueno, efectivo. Muy pocas economías pueden mostrar que tienen los huesos completos como los tiene Perú, su estructura macroeconómica.
Lo otro son las proyecciones de crecimiento económico. El año está comenzando, lo clave va a ser dinamizar el sector privado. Gran parte del crecimiento del Perú lo da la expansión de inversión que hace el sector privado y el acceso al financiamiento que tenga este. Estamos en un buen punto del año para planificar y acelerar la ejecución. Tenemos un año por delante, si el sector privado y el público elevan sus niveles de coordinación y activan una serie de proyectos, pueden darle unas tasas de crecimiento por encima de lo que dicen los pronósticos de algunas instituciones.
Personalmente, creo que el Perú tiene el potencial de crecer al 4% o superarlo, inclusive, si activa la inversión en el sector privado. Eso es lo que hay que empeñarse con mucha vehemencia y lo vemos en los mensajes del ministro Salardi y del equipo económico del gobierno de querer entusiasmar más al sector privado [para] que haga su parte.

¿Observan alguna preocupación con respecto a los cambios que puede haber a nivel de gobierno tras las elecciones presidenciales de 2026?
Los relevos en los gobiernos son perfectamente normales. Los ciclos de los proyectos en algunas ocasiones coinciden y a veces no coinciden con los ciclos del gobierno. Entonces, lo importante de tener programas y proyectos apoyados por la banca multilateral es lograr que esos proyectos atraviesen el ciclo de gobierno y su ejecución continúe sin tropiezos. De todos los programas y los proyectos en los que participa CAF, la gran mayoría de ellos son proyectos que trascienden inclusive un ciclo de gobierno.
La garantía de utilizar los multilaterales, diría en el caso de CAF pero igual el resto de los multilaterales, [es que] tienen la ventaja que pueden lograr que esos proyectos atraviesen los ciclos de gobierno y continúen su ejecución a lo largo de mucho tiempo.
¿Cómo ven el avance de la integración regional? ¿Hay retos en temas de infraestructura, seguridad y crecimiento económico?
Hay una nueva geometría comercial a nivel mundial con los anuncios y las medidas arancelarias que han tomado algunos países, en particular Estados Unidos. Implica que la integración en América Latina, que antes se podía ver como una opción, hoy es una necesidad.
Esto implica varias cosas. Primero, el mejor entendimiento entre países de la región para facilitar los flujos de comercio, bienes y servicios. Segundo, mejorar los pasos fronterizos.
Entonces, tenemos una necesidad imperiosa, por lo que el comercio a nivel mundial está cambiando, [hay] una geometría nueva en las relaciones comerciales y eso nos obliga a pensar dónde están los potenciales consumidores de nuestros productos y el vecino siempre va a ser la mejor opción para colocar el producto. Tenemos que trabajar al interior de América Latina, en mejoras regulatorias y de infraestructura.
Adicionalmente, hay que mirar la mayor posibilidad de diversificación a nivel mundial. Esto pasa por cadenas de comercio globales. Por ejemplo, pasa por lograr que en la cumbre de Celac-Unión Europea, que se llevará a cabo este año, avances en la creación de esta área de libre comercio entre Unión Europea y América Latina, es una gran oportunidad que tenemos. Perú tiene un acuerdo comercial desde hace más de 12 años con la Unión Europea. Hay que aprovechar este año la cumbre de líderes de América Latina, el Caribe y Europa para repotenciar la relación comercial con Europa.
"Cualquier impacto en la economía estadounidense se va a sentir con fuerza en la región, porque hay una conexión muy profunda".
En ese sentido, ¿cómo estamos en comercio internacional?
Es importante dejar dos números de referencia. Primero, el comercio intrarregional en América Latina es uno de los más bajos a nivel mundial. Nosotros comerciamos poco menos del 14% al interior de América Latina y el Caribe, mientras bloques como la Unión Europea o Norteamérica comercian 60 y 50%, respectivamente.
Segundo es que nuestro comercio con otras áreas del mundo está por debajo de su potencial. No solo me refiero al bloque europeo, también a India y al sur de Asia. Ahí hay casi 2.800 millones de personas. Es un mercado que sigue siendo muy distante para América Latina y el Caribe. Lo que va a ser el centro logístico importante de Chancay, el gran potencial para aumentar las exportaciones del Perú al sur de Asia y la India. Hay que apostarle a esos mercados, tener una vista puesta a corto plazo en la integración regional, a mediano plazo en el fortalecimiento con Europa y a un mediano y largo plazo a India y al sur de Asia.

¿Las políticas arancelarias de Estados Unidos pueden representar una oportunidad para América Latina e incluso en el comercio internacional?
Creo que sí. Al final del día, lo que vamos a tener enfrente es la oportunidad de una diversificación a marcha forzada y es lo que tiene que emprender la región.
¿Cómo ven desde CAF una posible recesión de Estados Unidos? ¿Cómo afectará a la economía mundial?
Cualquier impacto en la economía estadounidense se va a sentir con fuerza en la región, porque hay una conexión muy profunda. Tenemos 60 millones de personas de la región en estados que mandan remesas a muchos de los países de América Latina y el Caribe. La remesa es un gran estabilizador social en América Latina. Segundo, Estados Unidos es un comprador importante desde México hasta Perú. En algunos [casos] es el primer socio comercial, en otros el segundo, pero, por ejemplo es el principal socio comercial en la canasta más diversificada del Perú.
Cualquier cosa que pase con el dinamismo de consumo al interior de Estados Unidos lo vamos a sentir en la región. Cualquier fortalecimiento del dólar puede también generar dificultades para el sector exportador estadounidense, lo cual debilita su capacidad de importación. Hay que estar atentos a lo que va a pasar en la economía americana este año y el 2026, y hay que prepararse para momentos difíciles si se llega a configurar una guerra comercial de largo tiempo. Es decir, hemos visto el aplazamiento de los aranceles, el diferimiento de ellos o la aplicación muy localizada de los aranceles. Si esto escala a un conflicto comercial, creo que vamos a tener decisiones adicionales del lado América Latina y el Caribe. Es indiscutible.
Señaló a Chancay como potencial exportador. Esto también implicará aprovechar las conexiones de trasbordo a nivel regional, un tema tratado en el Foro Internacional que organizaron en enero.
Así es. Tuvimos esta reflexión con los puertos de la región para sacar el mayor potencial de la ubicación geoestratégica de nuestros puertos. Chancay tiene un gran potencial, no solo para el Perú, sino para Sudamérica en general para atender el mercado asiático, un mercado de crecimiento demográfico importante y de alta demanda. Solo un país como India, con casi 1.700 millones de habitantes, de aquí al 2030 tendrá tres veces la población de América Latina en una extensión geográfica que es menos de la mitad que Brasil. Es nuestra oportunidad para crecer en ese mercado.
Por otro lado, ¿cómo observa el estado de la infraestructura en el Perú?
La infraestructura a nivel de América Latina y el Caribe es una de las facturas pendientes más importantes. Estamos hablando de que entre el 6% y 7% del PBI anual tendría invertir América Latina para poner su infraestructura a tono con otras regiones en el mundo. Estas cuentas de inversiones en infraestructura superan los US$100.000 millones anuales, solo en infraestructura. Si quisiéramos además avanzar en las infraestructuras para reducir pobreza, agua, saneamiento y energía, la cuenta aumentaría muchísimo más.
Tenemos un problema en América Latina de infraestructura, un rezago importante y Perú no es la excepción. Perú necesita invertir más en infraestructura y de ahí la importancia del almuerzo que tuvimos [el lunes] con el sector privado y con el ministro de Economía y Finanzas para activar los proyectos y programas de infraestructura que tiene el Perú en este momento en proceso, como el transporte de gas natural para extender el servicio de gas a los hogares, la infraestructura eléctrica, la optimización de los circuitos de transporte para ciudades portuarias como Chancay, la posibilidad de los corredores turísticos en Choquequirao o Machu Picchu y la optimización de las redes para impulsar el turismo.
La pregunta es cómo logramos traer el ahorro privado y el financiamiento privado a esas obras de infraestructura, porque sabemos que la capacidad de gasto del gobierno está limitada por el cumplimiento de las reglas. Este es el espacio que tiene que llenar el sector privado con buenos proyectos público-privados. Ahí atina muy bien el ministro Salardi en activar proyectos público-privados, lograr que las concesiones avancen sin contratiempos y el sector privado se encargue de buscar el financiamiento que se requiere.
"Si esto [cambios en medidas arancelarias de EE.UU.] escala a un conflicto comercial, creo que vamos a tener decisiones adicionales del lado América Latina y el Caribe. Es indiscutible".
En materia de minería, sector clave para la transición energética, ¿observa que nos encontramos en un ciclo de megaproyectos o de inversiones menores?
El primer mensaje aquí es que el Perú tiene que recuperar la eficiencia en los trámites, porque la ‘permisología’ está limitando las posibilidades de crecimiento de la minería. Y nuestros países en América Latina tienen una gran posibilidad de crecimiento a partir de sector minero-energético. La minería es tremendamente necesaria para la transición digital y la energética. No es posible hablar de transición digital y energética a nivel mundial sin una minería responsable.
El sector minero pesa más del 40% del PBI exportador del Perú y es un sector donde se han contraído los flujos de inversión. Necesitamos aumentar la inversión en minería. Eso va a requerir mejoras en los procesos de licencia y va a requerir reglas de juego más claras para que el sector privado vuelva nuevamente a recanalizar los flujos de inversión. Claramente el Perú tiene un potencial minero enorme y es un país solución a los problemas del mundo, es un país respuesta y, para que eso se cumpla, se requiere esencialmente entornos regulatorios que permitan nuevamente el florecimiento de la minería en el país.
Argentina también aparece en el mapa como un país solución en materia de cobre y litio. ¿Esto debe generar preocupación al Perú?
En julio de 2023, cuando hicimos la cumbre Celac-Unión Europea en Bruselas, mencionamos que en el proceso de transición energética y digital, aspirábamos que no vieran a América Latina y el Caribe, y diría especialmente al Perú, como un país a “reprimarizar” e irnos nuevamente a un ciclo de exportación de materias primas, sino que se viera la oportunidad de la alianza Unión Europea-América Latina y la oportunidad de dar valor agregado a las exportaciones.
En lugar de litio, pensemos en baterías. En lugar de productos de exportación como cobre, zinc y estaño, pensemos en productos intermedios con valor agregado para que nuestros países adquieran un mejor grado de desarrollo. Lo importante es aplicar esfuerzos por tener políticas productivas que ayuden a que la exportación sea cada vez más de productos intermedios y terminados, y no tanto en materias primas. Eso exige arreglos y convenios con otros gobiernos para la transferencia de tecnología y de conocimiento. Ahí es donde tiene que empeñarse a fondo América Latina y el Caribe, y particularmente Perú.
"La coordinación como región va a ser fundamental para atravesar con éxito los desafíos que plantea la inteligencia artificial".
En temas de adopción de tecnología e inteligencia artificial generativa, ¿el Perú tiene potencial para liderar esta implementación frente a otros países de la región?
Creo que sí. Lo que importa aquí es la coordinación dentro de América Latina y el Caribe. Ese es otro tema donde creo que la coordinación como región va a ser fundamental para atravesar con éxito los desafíos que plantea la inteligencia artificial y particularmente la generativa. Hay un proyecto que estamos apoyando en Chile, Latam GPT, que es un poco cargar el conocimiento de la región, de nuestras bases de datos, nuestros sesgos si se quiere y también nuestra forma de tomar decisiones. Vemos soluciones de inteligencia artificial hechas en el norte que no necesariamente van a responder a los problemas del sur. La aparición de Deepsek es una demostración de que se puede hacer inteligencia artificial potente con recursos más bajos y probablemente hacia allá tenemos que ir rápidamente en América Latina.
Claramente América Latina tiene que verse como un mercado digital compacto como hoy es Estados Unidos, China y la Unión Europea. La gran ventaja de ellos es que son países continentales o bloques con una compactación importante con el mercado que permite el florecimiento más rápido de las tecnologías. En el caso de América Latina el Caribe tenemos mercados fragmentados y eso impide que el florecimiento tecnológico sea a la velocidad del norte. Hay oportunidad de una mayor coordinación en América Laina y el Caribe, particularmente en Sudamérica. Pensemos en supercomputadoras, en el mejoramiento de la velocidad de los datos, en el procesamiento de los datos. Esos son los cimientos básicos para la revolución digital a darlos de manera mucho más acelerada en este momento en América Latina.
Desde CAF, ¿hay preocupación por la demora en la puesta en marcha de proyectos como el nuevo terminal del Aeropuerto Jorge Chávez?
Es importante la entrada en funcionamiento del aeropuerto, sobre todo en la parte de conectividad y acceso al aeropuerto, va a ser vital lograr ponerlo a pleno funcionamiento. Hay que ir completando la conectividad con el producto turístico. Hay que pensar en repotenciar los corredores turísticos de Choquequirao y de Machu Picchu para terminar de completar el círculo virtuoso del crecimiento del turismo. El turismo hoy pesa cerca de tres puntos del PBI y puede ser el doble si logramos conectar mejor el producto con la conectividad. No son inversiones tan cuantiosas, pero sí tienen un efecto muy oportuno sobre la población en la generación de empleo.
¿Cómo se encuentran en los objetivos de proyectos verdes dentro de su portafolio de proyectos?
El año pasado cerramos con 41% de proyectos verdes en la cartera total. La meta es mantenernos ahí, entre el 30% y el 40% en adelante. Muchos de los proyectos que llamamos verdes son de adaptación. Uno de los grandes desafíos de América Latina es el envejecimiento de las infraestructuras, particularmente las hidráulicas, tanto represas como sistemas de riego, alcantarillado y suministro de agua. Hemos visto un envejecimiento de infraestructuras de más de 60-70 años que entran ser adaptadas a la realidad de las crisis hídricas que tenemos hoy.
Las inundaciones de Río Grande de Azul y las sequías que vivimos en Ecuador, Panamá y Colombia o en Uruguay hace un año y medio nos obligan a reflexionar qué tan preparada está América Latina y el Caribe en sus infraestructuras, particularmente las hidráulicas, para enfrentar cambio climático.
El cambio climático en esencia es una crisis hídrica. Cuando hablamos de adaptación hablamos de preparar la infraestructura, especialmente la hidráulica, para la crisis que vamos a tener y que estamos teniendo en América Latina.