"Men in Black: International" será la primera entrega de esta saga sin Will Smith ni Tommy Lee Jones. Fuente: Columbia Pictures
"Men in Black: International" será la primera entrega de esta saga sin Will Smith ni Tommy Lee Jones. Fuente: Columbia Pictures
Czar Gutiérrez

"¿Hay alguien ahí?", es la pregunta que el hombre se hace cada vez que levanta la mirada hacia la cúpula celeste, cosa que ocurre con mayor frecuencia desde el año 1600, cuando se inventó el telescopio. En 1870, por ejemplo, el astrónomo William Herschel especulaba con unos marcianos más altos que nosotros porque el planeta rojo tenía menor gravedad. Antes, en 1755, el filósofo Immanuel Kant sostuvo que el coeficiente mental extraterrestre sería inversamente proporcional a su distancia del Sol: muy inteligentes en Saturno, bastante idiotas en Mercurio. Con 40 mil millones de planetas similares a la Tierra en la Vía Láctea, los científicos de hoy buscan entidades en los agujeros negros, en la estrella Proxima Centauri, en las lunas de Júpiter y en los anillos de Saturno.


Para la ficción, en cambio, el acercamiento entre hombres y extraterrestres ocurrió hace mucho tiempo y no tan lejos: aquí mismo. La presencia ET ha llegado con tanta fuerza que cuando Orson Wells dijo en el Estudio Uno de la Columbia Broadcasting en Nueva York que ya habían aterrizado, que ya estaban entre nosotros (1938), cundió el pánico en las calles. Porque desde las novelas del sirio Luciano de Samósata —quien desde el primer siglo de nuestra era andaba creando viajes a la Luna en barco—, la ficción especulativa de Cyrano de Bergerac, Julio Verne, H.G. Wells, Jack London, Ray Bradbury, Kurt Vonnegut o Philip K. Dick terminó por instalarlos en nuestro mismo barrio.

Autores como Ray Bradbury, Phillip K. Dick y H.G. Wells escribieron sobre encuentros ficticios con extraterrestres desde hace décadas.
Autores como Ray Bradbury, Phillip K. Dick y H.G. Wells escribieron sobre encuentros ficticios con extraterrestres desde hace décadas.

Así las cosas, no tardaría en saltar del cómic al ecran la historia de un equipo secreto que regula a estos inmigrantes: escrita por Lowell Cunningham, ilustrada por Sandy Carruthers y originalmente publicada por Marvel Comics en tres números desde 1990, en aquellas viñetas originales nuestro planeta está dominado por una organización turbia y altamente peligrosa que no teme matar alienígenas. Bajo el lema "nosotros protegemos la Tierra de la peor escoria del universo", la franquicia "" entró en cartelera tres veces —1997, 2002 y 2012— y este lunes 17 estrena la cuarta película de la saga, ahora dirigida por F. Gary Gray y sin Will Smith ni Lee Jones.

Chris Hemsworth y Tessa Thompson protagonizan la nueva película de "Men in Black". Fuente: Columbia Pictures
Chris Hemsworth y Tessa Thompson protagonizan la nueva película de "Men in Black". Fuente: Columbia Pictures

FILMANDO EN EL COSMOS
En realidad, todo empieza con "The First Men in the Moon" (1919), película muda en blanco y negro dirigida por Bruce Gordon y J.L.V. Leigh basada en la novela homónima de H.G. Wells: un anciano científico y su asistente ascienden a la Luna en una esfera recubierta con 'cavorite', sustancia que tiene la propiedad de neutralizar la ley de la gravedad. Después de extrañas aventuras con los selenitas, el asistente abandona al profesor y regresa solo a la Tierra para hacerse rico vendiéndola. Si bien la primera película basada en una famosa novela de ciencia ficción es "Frankenstein", la Gordon es la primera película con extraterrestres, lamentablemente perdida como el 90% de las películas mudas filmadas antes de 1929.

En 1924 la URSS haría su propia adaptación de una novela del conde Alexei Tolstoi. En "Aelita, la reina de Marte" dos moscovitas captan en Radio Moscú una llamada de socorro a la Tierra y viajan al planeta rojo para auxiliarla. Luego aparecería la serial de "Flash Gordon" en tres películas, los realizadores Christian Nyby, Edgar Ulmer y Robert Wise viajarían al espacio con desigual fortuna, hasta "La guerra de los mundos" (Byron Haskin, 1953), primera adaptación del clásico de H. G. Wells y una de las grandes películas de ciencia ficción de todos los tiempos. Hasta el bello, monocromático e intrigante monolito extraterrestre en "2001: A Space Odyssey" (Stanley Kubrick, 1962), un clásico absoluto que convierte al simio evolucionado en un ser apto para hablar con los dioses del cosmos.

Otro será el viaje sicológico del hombre hacia ese planeta-océano que mantiene una órbita irrealizable entre dos soles, que se comprime y expande con inteligente voluntad ("Solaris" de Andréi Tarkovski, 1972), tormentoso como el contacto de un extraterrestre (David Bowie) que llega a la Tierra buscando agua y se estrella con la ignominia humana en "The Man Who Fell to Earth" (Nicolas Roeg, 1976). Y si una inteligencia superior imprime imágenes y sonidos en la mente de los hombres ("Close Encounters of the Third Kind", Spielberg 1977), el contacto celeste se hace drama sicológico en "Hombre Mirando al Sudeste" (Subiela, 1986) y profundidad filosófica en "Contact" (Robert Zemeckis, 1995), adaptación de la brillante novela de Carl Sagan.

"Solaris" (1972) es un clásico del cine de ciencia ficción soviético. Fuente: Mosfilm.
"Solaris" (1972) es un clásico del cine de ciencia ficción soviético. Fuente: Mosfilm.

Una nave de otro mundo flota sobre Johannesburgo y sus pasajeros quedan recluidos en un ghetto como ciudadanos de segunda clase en "District 9" (Neill Blomkamp, 2009). Algo parecido ocurre cuando un satélite contaminado por una especie de otro mundo cae en Nuevo México, dos de ellos hacen el amor y la supervivencia humana entra en cuestión ("Monsters" de Gareth Edwards, 2010). Igual que en "Under the Skin" (Jonathan Glazer, 2014), historia de una cazadora espacial (Scarlett Johansson) que termina enamorándose de la vida en la Tierra. Será más bien una linguista humana quien se encargue de traducir un lenguaje creado en otro mundo cuando aparezcan aquellos seres entre nosotros ("Arrival", Denis Villeneuve 2016).

Esta lista, necesariamente arbitraria, quedaría incompleta sin dos auténticas joyas del género: "Plan 9 del espacio exterior" (Ed Wood, 1959), historia de unos extraterrestres que convierten cadáveres en zombis asesinos porque los humanos ponen en peligro el equilibrio cósmico con la bomba atómica y la ‘solaronita’, un explosivo capaz de derretir el sol. Estaba considerada como "la peor película de todos los tiempos" hasta la aparición de "Un marciano llamado deseo" (Antonio Fortunic, 2003), con Machupicchu de cartón piedra y Cusco como el aeropuerto ideal para el aterrizaje de Adolfo Chuiman, Christian Meier, Aristóteles Picho y Marco Aurelio Denegri, poderoso cóctel cuya identidad alienígena a estas alturas resulta indudable.

"Plan 9 from Outer Space" de Ed Wood es considerada por los críticos como una de las peores películas de toda la historia. Fuente: Valiant Pictures
"Plan 9 from Outer Space" de Ed Wood es considerada por los críticos como una de las peores películas de toda la historia. Fuente: Valiant Pictures

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