"Trenes" de Roxana Crisólogo.
"Trenes" de Roxana Crisólogo.
José Carlos Yrigoyen

Surgida del grupo Noble Katerba de la Universidad Villarreal, Roxana Crisólogo (Lima, 1966), ya era conocida en los espacios de la poesía peruana de los noventa mucho antes de publicar su primer libro. La punzante versificación de sus poemas, esa desenvuelta capacidad para crear personajes con un par de trazos precisos y de hacernos partícipes de sus desgarramientos o su esperanza llamaron la atención desde que aparecieron dispersos en recitales y revistas. La óptima factura del trabajo de Crisólogo se confirmó con creces en “Abajo, sobre el cielo” (1999), uno de los poemarios centrales de su generación, sin duda entre los más relevantes de los que han tratado acerca de la Lima de los migrantes, de su hacinamiento y violencia, donde cada barrio es “una garganta raída lúgubre infectada”. Posteriormente ha escrito “Animal del camino” (2001) o “Ludy D” (2006), que mantienen, junto a “Abajo, sobre el cielo”, lazos temáticos y preocupaciones comunes, lo que infunde a este proyecto una complejidad y coherencia nada habituales en el panorama poético de las últimas décadas.

En el 2009 Crisólogo publicó en Suecia “Trenes”, que fue reeditado en México un año después. Aquí en el Perú circuló de manera muy restringida; recién ahora que ha vuelto a ser impreso (en una bonita edición de la chilena Libros del Cardo) es posible para los lectores acercarse a un libro que complementa y realza lo que las anteriores entregas de Crisólogo habían desarrollado desde diferentes vertientes. Ese viaje geográfico y mental que se reparte entre el San Juan de Miraflores de los ochenta y el descubrimiento del mundo europeo conoce en estos poemas nuevas estaciones de partida y una perspectiva menos contemplativa y asombrada que la exhibida en “Animal del camino”. Crisólogo tiene una mayor conciencia de su condición de inmigrante y ese dominio de su situación personal le permite ir más allá en ese juego de correspondencias. Entrelazando la historia de su abuelo, un arriero cajamarquino al que “no le que queda más que el privilegio/ de sus palabras” (p. 79), ella reconstituye la suya, inmersa en una realidad donde a pesar de todo siempre se está en ‘offside’ expiando “la condena de no poder/ vivir más/ que en estas palabras” (p. 76).

“Una extranjera viajando en tren a Moscú” es el extenso poema que inaugura “Trenes”. El periplo a través del continente se convierte en metáfora de su experiencia vital, de esa “sofisticada velocidad del color” (p. 13) que, en medio de la diversidad cultural, del florecimiento de “voces como dialectos/ afines al tacto” (p. 9), esconde un tenso conflicto, un panorama de “cementerio de fábricas/ reactores nucleares y flores/ disfrazados de pasto” (p. 16): la cara de una sociedad que aún no ha resuelto los retos que esta época le ha emplazado. La pericia y el talento de Crisólogo se transparentan en esta composición, narrativa y compuesta de múltiples escenas, que nunca resbala en lo prosaico o en lo fríamente enumerativo.

Otros poemas denuncian estas disyuntivas y lo hacen retratando o transfigurándose en los habitantes de la intemperie: “Fue una mañana de mayo”, redondo canto sobre la inmigración, y “Profesora de la gran unidad escolar Jesús de Nazaret” –acerca de las víctimas de un derrame de mercurio en Cajamarca– son piezas ejemplares que rehúyen con éxito las tentaciones del miserabilismo o el sermoneo. Pero también encontramos en “Trenes” algunos textos menos afortunados como “Mujeres” o “Había tomado la dosis de ayawaska” que se agotan en versos debilitados por tópicos ajenos a la mirada particular que este buen libro ofrece y concreta.

LA FICHA

"Trenes”

Autora: Roxana Crisólogo.

Editorial: Libros del Cardo.

Año: 2019.

Páginas: 80. Relación con la autora: cordial.

Calificación: ★★★1/2.

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