Brasil celebra la próxima semana las elecciones más polarizadas en décadas, entre el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro y el exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva.
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Aunque sus campañas se han centrado principalmente en ataques mutuos y sus programas todavía son vagos en muchos aspectos, estas son las principales propuestas de los candidatos para el período 2023-2026.
Programas sociales y economía
Actualmente, más de 33 millones de brasileños pasan hambre y 9,9 millones están desempleados en este país de 213 millones de habitantes.
El principal caballo de batalla de Bolsonaro para combatir esto es el programa de transferencia de dinero Auxilio Brasil, una reformulación del Bolsa Familia creado bajo la administración Lula (2003-2010), aumentado a 400 reales mensuales (USD 77) durante la pandemia y a 600 reales (USD 115) este año.
Su programa menciona como prioridad la generación de empleos, especialmente para jóvenes y mujeres, y cita la “libertad económica” como promotora del bienestar social.
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El candidato ultraderechista promete eximir del impuesto a la renta a quienes ganen hasta cinco salarios mínimos y mejorar la infraestructura en las regiones menos desarrolladas, además de ampliar el proceso de privatizaciones.
Lula, por su parte, promete lanzar un Bolsa Familia “renovado y ampliado”, agregando a los 600 reales mensuales otros 150 (USD 28) por cada hijo menor de seis años.
Su propuesta económica tiene como pilares la inversión pública y la mejora del salario mínimo (1.212 reales, USD 236) para restaurar el poder adquisitivo de los brasileños frente a la elevada inflación.
El líder histórico del Partido de los Trabajadores (P) también se plantea implementar una reforma tributaria “para que los pobres paguen menos y los ricos paguen más”.
Lula ha dicho que trazará un plan para reducir el endeudamiento que afecta a casi el 70% de las familias brasileñas.
Propone una nueva legislación laboral “para ampliar la protección social”, revirtiendo los “retrocesos” de una reforma de 2017.
Medio ambiente y Amazonía
Blanco de fuertes críticas internacionales, la política ambiental de Bolsonaro prevé continuar con las operaciones militares “Verde Brasil” y “Guardianes del Bioma”, criticadas por ambientalistas por su alto costo y baja eficacia para combatir la deforestación, los incendios y la criminalidad en la Amazonía.
En su programa, afirma que “buscará acelerar el desarrollo de acciones de reducción y mitigación de gases de efecto invernadero”, al tiempo que reconoce la lucha climática como “parte inexorable” de la solución para el futuro del planeta, afirmaciones vistas con escepticismo por los especialistas.
Lula promete combatir frontalmente la minería ilegal, los incendios y la deforestación en la selva amazónica, fortaleciendo los órganos de preservación y control, debilitados durante la gestión de Bolsonaro.
Pretende asimismo destrabar los recursos millonarios del Fondo Amazonía, financiado por Noruega y Alemania y paralizado desde 2019.
Lula promete cumplir las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asumidas en el Acuerdo de París y asegurar la “transición energética” del país.
Relaciones internacionales
Lula apunta a “recuperar” el protagonismo global de Brasil con una política externa “activa y altiva”, ampliando acuerdos comerciales internacionales y retomando la cooperación “sur-sur” con América Latina y África, así como el fortalecimiento del Mercosur, la Unasur, la Celac y y el Brics.
“Viajaré para restablecer la relación que Brasil tenía con todos los países de Europa, de Sudamérica, con Sudáfrica, con China, con los países árabes, con Estados Unidos”, dijo Lula durante la campaña.
Bolsonaro defiende nuevos acuerdos “bilaterales” y “multilaterales”, y apuesta por concluir el proceso de ingreso de Brasil a la OCDE, para atraer inversiones, capital y fortalecer los lazos con los países industrializados.
Seguridad
Bolsonaro promete aumentar la inversión en órganos de seguridad pública como policías estatales y Fuerzas Armadas. También defiende una flexibilización aún mayor del acceso a las armas, para ampliar “el derecho fundamental a la legítima defensa y la libertad individual”.
Lula, en cambio, dice que es necesaria una “nueva política sobre drogas” que sustituya el actual modelo “bélico” de combate al narcotráfico con estrategias que privilegien la “investigación” y la “inteligencia” para desarticular las organizaciones criminales.
Minorías
Lula promete defender “los derechos y territorios de los pueblos indígenas” y quilombolas (descendientes de esclavos) y se comprometió públicamente a crear un “Ministerio de los pueblos originarios”, encabezado por un/a indígena.
También prevé políticas de salud, educación, empleo y seguridad para la comunidad LGTB+, y la ampliación de cupos sociales y raciales en universidades.
Bolsonaro no menciona a la comunidad LGTB+ en su programa. Sobre los indígenas, reivindica su “libertad” de hacer un “uso responsable” de los recursos naturales, “equilibrando protección ambiental con crecimiento económico justo y sustentable”.
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