Mario Saldaña

Dentro del drama que significa recibir varios días consecutivos noticias sobre desastres, accidentes y muertes en el Perú (algo que se está normalizando patológicamente), quizás de lo poco que reconforta es saber que hay un escenario de recuperación económica, y que el crecimiento proyectado por el MEF para el 2025 está con un nuevo piso del 4%.

Se deduce que el ministro José Salardi tiene como columnas principales de esa proyección una mayor dinámica tanto de la inversión privada como del consumo interno.

El impulso a las adendas a varias operaciones ya concesionadas en diferentes sectores, la repotenciación y flexibilización de las APP, la agilización del esquema de obras por impuestos, entre otras, serían las principales herramientas para apuntar al resultado que ha señalado.

Lo cual no quiere decir que los riesgos y nubarrones que atentan contra el clima de inversión se hayan debilitado. Los niveles de inseguridad y criminalidad no amainan afectando a todo tipo de actividad empresarial (desde la pequeña hasta la gran industria). La solución (como se ha sostenido) si bien pasa por el rol principal que cumple o deja de cumplir, principalmente, el Ejecutivo y el sector Interior, su carácter transversal, toca la responsabilidad del Congreso, el Poder Judicial, la fiscalía, las municipalidades y el INPE.

En paralelo, el clima de negocios y las señales que reciben los inversionistas también son factores determinantes. En ese sentido, la noticia oficializada por Newmont de poner en suspenso indefinido la ejecución del proyecto Yanacocha Sulfuros es una muy mala noticia para el Perú.

Siendo la minería uno de los vagones centrales del crecimiento y existiendo varios proyectos en cola para activarse, esta paralización por tiempo indefinido llega en el peor momento.

Si bien el ministro Salardi tiene una influencia limitada en que el tema de la inseguridad sea abordado con la integridad, seriedad, profundidad (las reformas de la PNP, fiscalía y Poder Judicial se caen de maduras), su rol sí es crítico para que el clima de negocios no decaiga.

Pensando en esto último, apuntar a un canal de comunicación abierto con los empresarios está muy bien. El siguiente paso debería ser promover el despliegue de las inversiones, destrabándolas, desburocratizándolas y brindando garantías a las mismas.

Ya lo hizo en Pro Inversión. Creo que su equipo tiene plena capacidad para escalar y avanzar en dicho rol, ahora que es inquilino del jirón Junín.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Mario Saldaña C. es Periodista

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