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¿Qué desenlace espera a la guerra entre Israel e Irán?
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"La defensa preventiva esgrimida por Israel es ilegal bajo el derecho internacional".
Saddam Hussein fue un dictador que empleó armas químicas contra civiles (con respaldo occidental) e invadió Irán y Kuwait. Pero no fue Hussein quien mintió sobre la existencia en Iraq de armas de destrucción masiva: fueron los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido.
Algo similar ocurre entre la dictadura iraní e Israel. Irán es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear, Israel no. Irán está bajo inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), mientras Israel incumple desde 1981 la resolución 487 del Consejo de Seguridad de la ONU, que le exige colocar sus instalaciones nucleares bajo supervisión del OIEA. En su más reciente reporte, el OIEA acusa a Irán de violar los términos del Plan de Acción Integral Conjunto del 2015 (al enriquecer uranio en un 60%, una provocación deliberada), pero eso solo ocurrió después de que Estados Unidos abandonara en forma unilateral ese acuerdo en el 2018. Benjamin Netanyahu alega que sus ataques buscan prevenir que Irán obtenga armas nucleares, lo cual podía ocurrir en cuestión de meses. Pero, según Netanyahu, Irán está a meses de obtener un arma nuclear desde 1996. Y tanto el OIEA como la directora nacional de inteligencia del gobierno de Trump, Tulsi Gabbard, coinciden en que no existe evidencia alguna de que Irán tenga un programa para la construcción de armas nucleares, mientras las agencias de inteligencia occidentales y un reporte del Parlamento británico coinciden en que Israel mantiene un vasto arsenal de armas nucleares. Y la defensa preventiva esgrimida por Israel es ilegal bajo el derecho internacional (más aún cuando había negociaciones en curso sobre el programa nuclear iraní).
El régimen iraní ha formulado amenazas estentóreas sobre la desaparición de Israel, pero lo mismo han hecho múltiples gobernantes israelíes en torno a Gaza. Algunas de esas declaraciones son citadas en la decisión de la Corte Internacional de Justicia que admite la demanda por genocidio contra Israel formulada por Sudáfrica.
¿Se justifican los ataques israelíes contra Irán? Desde la perspectiva de Israel, sí.
El actual conflicto entre Israel y la República Islámica de Irán marca una de esas fechas claves en la historia del Medio Oriente. Como 1948 con la creación del Estado de Israel, la Guerra de los Seis Días de 1967 o el ataque del 7 de octubre del 2023, cuando Hamas penetró en Israel y mató a más de 1.000 personas, con la consiguiente ofensiva que ya ha dejado 60.000 muertos en la franja de Gaza.
El viernes 13 de junio, Israel atacó Irán con el argumento de que los persas estaban a días de obtener bombas atómicas con las que iban a cumplir la promesa de que “Israel debía desaparecer de la faz de la tierra”, tal como mencionaron algunos presidentes iraníes.
¿Pudo Israel esperar unos días para no entorpecer la sexta ronda de negociaciones que Estados Unidos e Irán iban a iniciar en Oman, buscando el desarme nuclear de Teherán? Sí.
¿Se justifican los ataques israelíes contra Irán? Desde la perspectiva de Israel, sí. Desde su fundación en 1948, el Estado judío siente una amenaza de exterminio. Razones no le faltan debido al sufrimiento en el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial en el que 6 millones de judíos fueron asesinados, sin contar el sufrimiento de los pogromos (saqueos, ataques, linchamientos) que los judíos han sufrido en su historia.
Sin embargo, a escala mundial el Gobierno Israelí es visto con recelo por el sufrimiento provocado a los dos millones de habitantes de Gaza, cuya ofensiva ha provocado la muerte de miles de palestinos.
Lo que busca Netanyahu en Irán es derrocar el régimen islámico en el poder desde 1979. Los iraníes tienen una estructura de poder con un máximo líder espiritual, Alí Jamenei, y un sistema político con órganos elegidos como la presidencia o el Parlamento, todos bajo el manto islámico. Sin embargo, gran parte de la población de 90 millones de habitantes está hastiada de vivir bajo un régimen autoritario que restringe sus libertades. Este ajedrez geopolítico es lo que está en juego por ahora en la región.