Número dos en el mercado de los teléfonos inteligentes y campeón en equipos de telecomunicaciones, el orgullo tecnológico de China, Huawei, intriga tanto como preocupa en todo el mundo, en un momento en el que el despliegue del 5G está reavivando las preguntas sobre la seguridad de la red.
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- ¿Qué es el 5G? -
El 5G, o quinta generación de estándares de red móvil, es la nueva versión de todas las tecnologías móviles cuyo despliegue se acelerará a partir de 2020.
Se trata de un conjunto de protocolos y métodos de transmisión de información que, en teoría, deberían ofrecer a la vez velocidad, un corto tiempo de respuesta y una enorme capacidad. En este sentido, el 5G es una mejora de las capacidades técnicas que ofrece el 4G.
Pero también es una nueva etapa en las prácticas de comunicación. La primera generación permitió hacer llamadas, el 2G añadir texto, el 3G empezar a enviar imágenes y el 4G desarrollar el uso de internet móvil y video. El 5G servirá para conectar todo lo que actualmente no está conectado, principalmente objetos, en industrias, ciudades o en el ámbito de la salud.
Huawei ha invertido fuertemente en el 5G para obtener una ventaja sobre sus competidores, la sueca Ericsson, la finlandesa Nokia y la surcoreana Samsung. El grupo chino es considerado por la mayoría de los operadores como el más avanzado en esta tecnología.
- ¿Qué reprocha EE.UU. al grupo chino?
Las acusaciones de Estados Unidos contra Huawei son múltiples. Van desde el incumplimiento del embargo contra Irán hasta acusaciones de espionaje industrial y robo de tecnología, todo ello con el telón de fondo de un pulso tecnológico y comercial entre Washington y Beijing.
Pero para Estados Unidos, el principal riesgo es que el 5G se convierta en un gran problema de ciberseguridad, tanto por el papel crucial que desempeñará, como por su propia estructura, más descentralizada.
Los servicios de inteligencia estadounidenses temen que Huawei permita a las autoridades chinas utilizar sus equipos para controlar las comunicaciones y el tráfico de datos en un país.
El grupo chino refuta constantemente estas acusaciones, asegurando que rechazaría cualquier solicitud de este tipo de la inteligencia china.
Sin embargo, el argumento ha convencido a varios socios de Estados Unidos. Australia y Japón decidieron prohibir Huawei en sus territorios. Nueva Zelanda tomó inicialmente la misma elección, antes de dar marcha atrás.
- Europa más flexible -
La posición europea oscila entre el deseo de no ofender al aliado estadounidense y el temor a quedarse atrás cuando el despliegue de la tecnología ya está muy avanzado en Asia, especialmente en Corea del Sur y China.
A finales de diciembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó sus reservas, hablando del "riesgo de que los datos de los ciudadanos o las empresas puedan ser explotados en virtud de una ley china sobre los servicios secretos".
En los distintos países, las posiciones son menos claras. Alemania, a pesar de la presión de Estados Unidos, no está por el momento pensando prohibir Huawei, que ya equipa en gran medida a los operadores para sus redes 4G.
En Francia, aunque una ley prevé reforzar el control de los equipos de red antes de su instalación con el fin de garantizar su seguridad, no existe ninguna disposición dirigida específicamente al grupo chino.
En España, Italia, Polonia y Grecia los operadores ya están planeando utilizar Huawei junto a sus competidores, Ericsson y Nokia.
El Reino Unido, que está en proceso de divorcio de la UE y quiere acercarse a Estados Unidos, no parece hasta ahora dispuesto a dar un portazo a Huawei, según las recientes declaraciones del primer ministro Boris Johnson.
En total, más de la mitad de los 65 contratos suscritos por Huawei con operadores de equipos 5G se han firmado con empresas europeas.