Más de 5 mil fotografías enviaron los deudos de los fallecidos por COVID-19. Monseñor Castillo dijo que estas muertes dejan “un sabor amargo y duro” que puede transformarse en esperanza (Anthony Niño de Guzman / GEC)
Más de 5 mil fotografías enviaron los deudos de los fallecidos por COVID-19. Monseñor Castillo dijo que estas muertes dejan “un sabor amargo y duro” que puede transformarse en esperanza (Anthony Niño de Guzman / GEC)
Oscar Paz Campuzano

Pidió a los fieles darse la paz, pero un silencio de funeral envolvió a la iglesia. Los religiosos se estrecharon las manos en vez de abrazarse y, frente a ellos, en las bancas vacías de la Catedral, impresas en hojas blancas, colgaban miradas y sonrisas ausentes.

La misa en memoria de los fallecidos a causa del COVID-19 fue a puertas cerradas. No entró nadie, salvo algunos reporteros gráficos. El arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, dijo que se reunieron cinco mil fotografías enviadas por las familias de las víctimas con la esperanza de encontrar “un espacio de calma, sosiego y aliento”.

Más de 5 mil fotografías enviaron los deudos de los fallecidos por COVID-19. Monseñor Castillo dijo que estas muertes dejan “un sabor amargo y duro” que puede transformarse en esperanza.  (Foto: Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Más de 5 mil fotografías enviaron los deudos de los fallecidos por COVID-19. Monseñor Castillo dijo que estas muertes dejan “un sabor amargo y duro” que puede transformarse en esperanza. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Más de 5 mil fotografías enviaron los deudos de los fallecidos por COVID-19. Monseñor Castillo dijo que estas muertes dejan “un sabor amargo y duro” que puede transformarse en esperanza (Anthony Niño de Guzmán/GEC)
Más de 5 mil fotografías enviaron los deudos de los fallecidos por COVID-19. Monseñor Castillo dijo que estas muertes dejan “un sabor amargo y duro” que puede transformarse en esperanza (Anthony Niño de Guzmán/GEC)

El sabor amargo y duro de estas muertes, señaló monseñor, es el clamor de todo un pueblo por hacer un digno entierro, que fue imposible en cada uno de estos casos por las circunstancias que vivimos.

La Iglesia Católica celebra por estos días el Corpus Christi, una fiesta que se vuelca a las calles con una solemnidad que ahora es “discreta y frágil” por “el asedio de la enfermedad y la forma injusta en que se organizó el sistema de salud, que más bien es de enfermedad, porque está basado en el egoísmo, en el negocio y no en la misericordia y solidaridad”.

Monseñor Castillo, que caminó entre las bancas y las paredes con los retratos esparciendo el incienso y el agua bendita, pidió a todos, y en especial a “los más poderosos de nuestro país”, desterrar el individualismo para organizarnos de modo tal que los más pobres tengan posibilidades para soportar la crisis.

“Sería terrible –dijo el arzobispo de Lima– que en el próximo tiempo tengamos miles de estas fotos como hoy día, pero de muertos por hambre. Hay que poner el corazón y el centro de nuestra vida en los pobres”.


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¿Qué es el COVID-19?

La COVID-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.

El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.

¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?

Entre los síntomas más comunes del COVID-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardíacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.



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