Ciclistas advierten fallas en el ancho y la ubicación de nuevas ciclovías

La pandemia del COVID-19 transformará el transporte público. Una de las estrategias para evitar la aglomeración de personas será el fomento del uso de bicicletas. Por ello, el 29 de abril se inició la implementación de 46 kilómetros de ciclovías temporales en la capital que unirán hospitales, centros de salud, clínicas, además de entidades públicas y privadas, como parte de un plan que busca promover el transporte sostenible poscuarentena, informó el alcalde Jorge Muñoz. La iniciativa, dijo, incluirá parqueaderos de bicicletas, señalética horizontal, vertical y elementos de seguridad.

El proyecto ha sido cuestionado por el colectivo de ciclistas Cicloaxión porque no se estaría tomando en cuenta los parámetros técnicos vigentes. Según el presidente ejecutivo de esta agrupación, Nilton López, el problema con estas ciclovías es el ancho. Por ejemplo, en la avenida Arequipa, entre 28 de Julio y Nicolás Corpancho, la ciclovía mide 2 metros de ancho, y en la avenida Wilson, entre 28 de Julio y Paseo Colón, 2,40 metros.

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El ancho de las ciclovías bidireccionales, como es el caso de las que ahora se están implementado en la ciudad, debe tener 2.8 metros según el Manual de Criterios de Diseño de Infraestructura Ciclo-inclusiva y Guía de Circulación del Ciclista de la Municipalidad de Lima, anota López.

Además, dicho manual indica que, en función a la cantidad de vehículos y la velocidad en la que circulan, debe haber una mayor separación entre los usuarios de las bicicletas y los de los vehículos motorizados. En ese sentido, explica, la ciclovía debe ocupar todo un carril de la pista (2.9 metros en Av. Wilson), puesto que en esta vía circulan unas 18 mil unidades a 60 kilómetros por hora.

Tener la ciclovía con el ancho adecuado –un carril de la pista- ayudaría a mantener el distanciamiento social (1.5 metros entre personas) entre los ciclistas. Esto, según el representante de CicloAxión, no ocurre con las ciclovías de la Municipalidad de Lima.

Otra observación es la ubicación de las ciclovías ya que estas deben estar a los costados de la berma central y no al costado de la acera, como ocurre, por ejemplo, en la avenida Wilson, entre 28 de Julio y Paseo Colón. Además, cada ciclovía debe ser unidireccional y no bidireccional. Si se ubican al costado de las aceras, los ciclistas se exponen a accidentes ya que estas son de uso exclusivo del Corredor Morado, refiere López.

Falta de coordinación

Según el urbanista Angus Laurie la implementación de las nuevas ciclovías en la capital se realiza de manera descoordinada. Por un lado, la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) ha anunciado la realización de 301 kilómetros de ciclovías; mientras que la Municipalidad de Lima hace lo propio, al igual que San Borja y Miraflores. “Tiene que haber un nivel de coordinación entre las instituciones para que sea una red de ciclovías integradas”, afirma.

En cuanto a la ubicación de estas vías al costado de la berma central o de las aceras refiere que ello es relativo pues en otros países son seguras. “La clave es el diseño”, subraya. Por ejemplo, en Barcelona, para las ciclovías instaladas a los costados de la berma central se han colocado semáforos diferenciados para ciclistas y vehículos motorizados, de tal manera que los usuarios de las bicicletas, al cambio de luz, parten antes que las otras unidades y así se evitan accidentes en las intersecciones.

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La versión municipal

La subgerente de Transporte no Motorizado de la Municipalidad de Lima, Jenny Samanez, aclaró que las ciclovías que la comuna implementa tienen un 35% de ejecución de obra. Al finalizar, el total del ancho será de 3 metros. Es decir, ocupará un carril de la pista.

“La ciclovía que se inicia en la Garcilaso de la Vega y continúa con Tacna y Prolongación Tacna, va a tener tres metros. El ancho es de 2.40 [de la ciclovía] y más los elementos de seguridad, va a tener 3 metros”, apuntó.

En el caso puntual del tramo de la Av. Arequipa, entre 28 de Julio y Nicolás Corpancho, indicó que la ciclovía medirá un poco más de dos metros y que ello está dentro del marco legal, pues el manual para la construcción de ciclovías municipal lo permite mediante una cláusula de excepcionalidad.

“Esa cláusula se ha hecho porque había distritos que presentaron ciclovías que no tenían los 2m o los 2.80 metros”, explicó.

Sobre la razón de que la ciclovía pase de estar al lado de la berma central al costado de la acera a partir del Paseo Colón, Samanez indicó que ese diseño existe desde el año pasado, cuando se implementó la ciclovía en la Av. Garcilaso. Lo que se está realizando es seguir ese mismo trazado, refirió. Además, se está habilitando para que funcione todos los días y no solo lo sábados y domingos cuando se marcaba la ruta con conos.

Se espera que el uso de la bicicleta se masifique en la ciudad cuando se retomen gradualmente las actividades económicas y sociales. Antes de la cuarentena, el promedio era de 900 ciclistas y, tras el estado de emergencia por el COVID-19, es de 600 usuarios de bicicletas.

Finalmente, la funcionaria afirmó que sí sostienen coordinaciones para la ejecución de ciclovías con las municipalidades distritales, entre las que mencionó Miraflores y San Borja. En cuanto a la ATU, indicó que el transporte no motorizado es competencia de la comuna, por lo que manifestó desconocer el motivo por el que esta entidad no informa a la municipalidad sobre las ciclovías que impulsa.

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