Noche de Arte: exposición benéfica realizará su edición 45
Noche de Arte: exposición benéfica realizará su edición 45
Santiago Bullard

La primera vez que se llevó a cabo en Lima una Noche de Arte fue en 1970. El evento, que reúne una parte importante de la producción artística local, se planteó como una muestra benéfica, de modo que un porcentaje de la venta de cada una de las piezas será destinado a los sectores más necesitados del país. Cuarenta y cinco años después, esto no ha cambiado. Este año, Noche de Arte reunirá 543 obras de 270 artistas.

El nombre del evento, sin embargo, puede prestarse a confusiones. Después de todo, se trata no de una, sino de tres noches dedicadas a las artes plásticas. Así, del 18 al 20 de setiembre, la sede central del BBVA (Av. República de Panamá 3055, San Isidro) se convertirá en el punto de reunión de artistas, coleccionistas, aficionados y, en general, de todos los que sienten interés por esta forma de expresión.

PLÁSTICA REUNIDA
Nicolás Tarnawiecki es el curador de la muestra y, por ende, al que le toca hacer uno de los trabajos más arduos a lo largo de la misma. “Esta exposición se distingue porque está en una perpetua transformación. Todos los días cambiamos las piezas y hay que hacer una curaduría nueva cada vez. Además, nunca sabes con qué obras vas a contar al día siguiente, porque no puedes predecir cuáles se van a vender”. De acuerdo con él, lo que se ha planteado este año es dar a la fotografía un aliento mayor al que ha recibido en algunas ediciones anteriores: “Hay más fotógrafos participando en la Noche de Arte. También hay cada vez más jóvenes que se suman a los artistas consagrados como Tola, Szyszlo o Palao”.

Esta convivencia intergeneracional es, de hecho, uno de los aspectos más llamativos del evento. Pocas ocasiones hay como esta para apreciar cómo el arte peruano se ha desarrollado (a través de tendencias, propuestas y técnicas) a lo largo del tiempo, desde Szyszlo hasta los más jóvenes, que no pasan de los 30 años. “En ese sentido puedes notar muchas cosas –comenta Tarnawiecki–. Ciertamente, cada artista maneja un lenguaje y recursos propios, pero hay tendencias reconocibles, como un general retorno al formalismo”.

“Pero aún más importante que esto –añade el curador– es poder notar cómo ha cambiado el artista mismo en su formación. Hoy se puede acceder al arte universal con mucha facilidad, y eso impulsa el desarrollo de los artistas jóvenes. Hay algunos que, siendo menores de 30 años, ya están produciendo obras de madurez. Antes, tenías que tener por lo menos 50”.

Es en estos términos que cobran importancia los llamados “nuevos talentos”: artistas jóvenes, algunos de los cuales apenas si han tenido una o dos muestras individuales. “En este grupo hay gente con mucho talento –señala Tarnawiecki–. Chicos como Luis Amao y Nelson Flores en pintura, o como Eddy Espinoza, Stefano Klima y Daniela Talavera en fotografía. Una cosa que nos sorprendió es la profusión de grandes acuarelistas, sobre todo en las provincias, que están haciendo cosas muy interesantes, que rompen con todos los estereotipos. Como Juan Manuel Champi, por ejemplo”. 

Esta pieza de Ramiro Llona, valorada en ,000, es la más cara de la muestra.

ARTE PARA EL DESARROLLO
La directora del evento, Erika Loo Freitas, dice que una de las sorpresas más gratas de la edición de este año de Noche de Arte es que los artistas se muestren más involucrados con el aspecto benéfico del evento, patrocinado por la Fundación BBVA.
“En esta venta, cada artista puede decidir qué porcentaje de lo obtenido por cada una de sus obras quiere destinar a fines benéficos –señala ella–, pero existe un mínimo del 40%. Este año, sin embargo, la mayoría de los artistas ha donado como mínimo el 50% y hay algunos jóvenes que han donado el 100%. Ese es un verdadero avance”.
Lo obtenido a través de estas donaciones es destinado a apoyar a más de 500 instituciones benéficas en todo el país, sobre todo en los campos de educación y salud. “Al final, lo que quiere lograrse es la implementación de proyectos de desarrollo sostenible en estos dos campos”, agrega la directora. 

Las cantidades que se reciben están sujetas, claro está, al valor de las obras. “Lo bueno de este evento, en tanto venta de arte, –comenta Loo– es que hay una gran variedad de precios (desde US$100 hasta US$40.000, en el caso de una pintura de Ramiro Llona), y eso permite que más gente pueda acceder a piezas de arte únicas. Hoy en día hay muchos jóvenes interesados en comprar arte, ya sea porque les interesa el coleccionismo o con fines simplemente decorativos”. 

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