Robert Redford
Sebastián Pimentel

Hay filmes que parecen haber sido hechos sin tener en cuenta la historia del cine. Existen otros cuyos planos, texturas, ritmos y formas parecen recrear u homenajear a un Hollywood ya extinto. Es el caso de "Un ladrón con estilo". Allí, encarna a Forrest Tucker, personaje de la vida real que se hizo conocido, en la segunda mitad del siglo XX, por sus continuos escapes de la prisión, así como por su terca insistencia en robar bancos, al parecer sin disparar un tiro, hasta el final de sus días.

Pero esta no solo es una cinta de Redford. También es una dirigida por David Lowery. De él se estrenó en Lima "Peter y el dragón" (2016), nostálgica revisión del cine familiar de aventuras. En sus imágenes líricas y pausadas reconocimos a un director que rechaza los ritmos fagocitados de lo peor del cine comercial. También es de él "Ain't Them Bodies Saints" (2013), drama sobre un forajido que escapa de la cárcel con el único objetivo de encontrar a su esposa y la hija que nunca pudo conocer.



"Un ladrón con estilo" confirma que el de Lowery es un universo romántico de aventuras secretas, al margen de la ley, de personajes que existen como mitos vivientes y que no pueden traicionar su destino, siempre en fuga de la autoridad y la conformidad. Pero no solo eso. Aquí el homenaje a Redford no podía ser más oportuno: se trata de uno de los actores icónicos de ese tipo de historias y personajes que él representó tan bien, sobre todo en los años sesenta y setenta.

El gusto de Redford por encarnar a atracadores simpáticos y de férrea moral –más allá de quitarle unos cuantos dólares a los bancos– podemos rastrearlo desde la legendaria "Butch Cassidy and the Sundance Kid" (1969). Aquí parece retomar ese papel, solo que con una redoblada elegancia y señorío propio de su venerable edad. Parte del encanto del personaje radica en su tranquila rebelión al paso del tiempo: además de su obstinación por seguir asaltando bancos, se atreve a cortejar a la otoñal Jewel (Sissy Spacek).

Este Forrest Tucker no solo enamora a esta señora en su camino por las carreteras interestatales, además de confesarle algunos de sus secretos. También se atreve a encarar –gracias al fortuito encuentro en un restaurante– a su cazador, el policía John Hunt (Cassey Affleck), quien no sabe cómo atraparlo. El hombre de la ley, por su lado, es todo lo opuesto a Forrest: una vida gris dominada por el mantenimiento de su familia y la llegada de los cuarenta años que amenazan con terminar con toda auténtica pasión por su trabajo.

Lowery encuentra su poética y su estilo en la traición de los esquemas del género. Donde debería haber tensión por un nuevo atraco, solo hay esa paz que Tucker transmite a través de un juego de miradas que termina por ser irónico. Donde debería haber un cáustico drama tras la figura del ladrón anciano o el policía mediocre, hay comedia y comentario mordaz y cómplice. Donde debería haber un thriller, encontramos la balada crepuscular de rutinas entrañables que hace un hombre incorregible.

Desde su tono menor, "Un ladrón con estilo" sabe contagiar el triunfante desparpajo de un prófugo de otro tiempo: ladrón que roba a los ricos sin herir a nadie y que es capaz de hipnotizar por su sola caballerosidad, no podía ser más que un héroe libertario. Y Hunt, el policía, lejos de querer dar con su presa ya anciana, parece contento de enterarse de una nueva fuga, luego de la última caída. Hacia el final llegan los recuerdos, con extractos de las antiguas películas de Redford. "Un ladrón con estilo" es también el bello retrato de un actor legendario que le dice adiós a su propia historia.

LA FICHA
Título original: "The Old Man & The Gun".
Género: comedia, crimen, drama.
País y año: EE.UU., 2018.
Director: David Lowery.
Actores: Robert Redford, Casey Affleck, Sissy Spacek, Danny Glover.

Calificación: ★★★

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