Donald Trump enfrenta su primera crisis tras el veto migratorio

enfrentaba este lunes el tercer día consecutivo de masivas protestas contra su controvertido decreto para cerrar las fronteras de a los refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes.

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La medida recibió críticas de aliados, generó confusión sobre su implementación y galvanizó a la oposición demócrata. También provocó inquietud dentro del Partido Republicano.

Mientras unas 300 personas fueron detenidas o se vieron impedidas de viajar en el mundo, abogados de organizaciones defensoras de los derechos civiles advertían que la batalla legal contra el veto podía llegar a la Suprema Corte de Justicia.

En Reino Unido, un manifiesto reclamando al gobierno que anule la visita de Estado del presidente de Estados Unidos superó este lunes el millón de firmas, pero el Ejecutivo respondió que mantiene la cita.

Cuando una petición supera las 100.000 firmas, los parlamentarios deben considerarla para ser debatida.

Tanto legisladores del oficialista Partido Conservador como del Partido Laborista de la oposición han criticado la iniciativa de Trump y el líder laborista, Jeremy Corbyn, afirmó que la visita de Estado debería dejarse en suspenso.

La Unión Europea dijo de su lado que se asegurará de que sus ciudadanos no sean víctimas de las medidas del gobierno de Trump, mientras el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos tildó el veto de "mezquino" e ilegal.

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Por su parte, la presidenta de la Comisión de la Unión Africana (UA), Nkosazana Dlamini-Zuma, lamentó que "el mismo país que tomó como esclavos" a muchos africanos, en alusión a Estados Unidos, haya decidido ahora prohibir la entrada de refugiados de este continente.

Dlamini-Zuma calificó el veto de Donald Trump como "uno de los mayores desafíos a la unidad y solidaridad" de África, durante su intervención en la cumbre anual de la UA.

"El mismo país que tomó como esclavos a mucha de nuestra gente durante el comercio transatlántico de esclavos ha decidido ahora prohibir a refugiados de algunos de nuestros países. ¿Qué hacemos al respecto?".

En esta misma línea, también presente en la cumbre el secretario general de la ONU, António Guterres, fue ovacionado por el plenario al argumentar que "las fronteras africanas siguen abiertas para todos los refugiados que necesitan su protección mientras las fronteras en muchos otros países están siendo cerradas, incluso en las partes más desarrolladas del mundo".

"La lucha necesaria contra el terrorismo no justifica de ninguna manera generalizar la sospecha contra las personas en función de su creencia, en este caso las personas de fe musulmana, o en función de su origen", dijo también la canciller alemana Angela Merkel.

El decreto, que entró en vigor el viernes, prohíbe el ingreso de refugiados durante 120 días, sea cual sea su origen, y durante 90 días a ciudadanos de siete países musulmanes: Iraq, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.

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Bajo fuego en todos los frentes, Donald Trump emitió una nota oficial en la que niega que el decreto sea contra los musulmanes y fustiga a la prensa.

"Para ser claro, no se trata de una prohibición que apunte a los musulmanes, como los medios informan falsamente", expresó Trump. "Esto no tiene nada que ver con la religión, se trata de terrorismo y de la seguridad de nuestro país".

Pero la decisión de Donald Trump ha provocado la mayor conmoción desde su investidura como presidente de Estados Unidos, hace diez días.

El presidente recurrió luego a Twitter para fustigar a los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham, quienes criticaron el decreto. Dijo que estaban "equivocados", que eran "débiles" en materia de inmigración y que "buscaban desatar la Tercera Guerra Mundial".

La incertidumbre reinaba sobre la implementación del decreto. Algunos poseedores de la tarjeta verde de residencia (‘Green Card’) permanente en Estados Unidos afirmaron que se les impidió viajar o que fueron devueltos.

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Pero el gobierno de Trump aclaró oficialmente el domingo que los residentes permanentes estaban exceptuados de la prohibición, que afecta a quienes tiene doble nacionalidad.

En una "notificación urgente", la embajada de Estados Unidos en Berlín informó durante la madrugada del lunes que en relación con "el decreto de 27 de enero de 2017 para proteger a la nación de ataques terroristas por ciudadanos extranjeros" la expedición de visados a ciudadanos de Iraq, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen queda "suspendida con efecto inmediato y hasta nuevo aviso".

"Si usted es un ciudadano de alguno de estos países, no pida cita para una entrevista de solicitud de visado ni pague en estos momentos ninguna tasa de visado", advierte la embajada.

La legación diplomática pide, asimismo, a todo aquel que tuviera ya una cita que no acuda a la misma porque "no se le permitirá el acceso a la embajada/al consulado", y adjunta un correo electrónico para cancelar las entrevistas a ciudadanos con una fecha ya concedida.

Los fiscales generales de 16 estados de la Unión, todos demócratas, tacharon el domingo de "inconstitucional" al decreto y prometieron recurrir a "todas las herramientas" a su alcance "para luchar contra esta orden inconstitucional, preservar la seguridad nacional y los valores fundamentales de nuestra nación".

Fuente: Agencias

 

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